Los profesionales de la Sanidad vuelven a tomar la calle. En plena lucha judicial por las privatizaciones de seis centros hospitalarios de la Comunidad de Madrid, han convocado para este domingo una nueva manifestación masiva con la que empezar un curso que vaticinan cargado de protestas. Con esta, ya son once las ‘Mareas Blancas’ contra los recortes del consejero Lasquetty.
Esta enésima protesta llega apenas unas semanas después de que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) dictase la paralización cautelar de las privatizaciones en curso. Un proceso en el que, sin embargo, varios juzgados se han posicionado a favor del proceso promovido por el Gobierno regional para recortar en gasto sanitario. La marcha recorre este domingo el centro de Madrid, desde la Plaza de Neptuno hasta la Puerta del Sol.
La autodenominada Mesa en Defensa de la Sanidad Pública de Madrid (MEDSAP) llega a la cita después de haber convocado múltiples protestas en lo que va de este mes de septiembre a las puertas de muchos de los centros a los que, según denuncian, Lasquetty ha colgado el cartel de ‘se vende’. Con esta nueva Marea Blanca pretenden «hacer visible una vez más la resistencia de esta comunidad autónoma, víctima continuada de un modelo político depredador que confunde eficiencia y eficacia sanitaria con ganancias de terceros en fondos de inversión», recoge una nota al respecto.
Los sanitarios salen a la calle arropados, según ellos mismos defienden, por «los autos que paralizan la acción, contestados ya por quince recursos y por la batería de denuncias presentadas en cadena por los usuarios». Entre sus reclamaciones está la exigencia de que el equipo del presidente regional Ignacio González deje de «politiquear al margen de la ciudadanía, de las leyes superiores, en contra de los Derechos Humanos».
No obstante, el Ejecutivo madrileño no es el único al que alcanzan las protestas de los trabajadores de la salud. La Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) ha acusado a la ministra de Sanidad, Ana Mato, de impulsar ahora la tarjeta sanitaria única -que fue aprobada por el Consejo de Ministros del pasado viernes pero cuya implantación definitiva se dilatará en al menos cinco años según los expertos- para desviar la atención sobre los recortes que también lleva a cabo su Ministerio. El colectivo considera que todo es una mera «campaña propagandística» para «encubrir los nefastos resultados de su política».