Dicen en algunos ambientes madrileños donde se mueven los ‘pata negra’ del PP que Esperanza Aguirre y José María Aznar ya no conectan como antes. Pero la exlideresa jamás renuncia a una buena pelea.
Sobre todo si se trata de hostigar a Mariano Rajoy. Su ‘archienemigo’. De modo que cuando ayer publicó en su ‘twitter’, una frase contundente como “Nunca he cometido el error de despistar a mis electores. Siempre he hablado claro”, sus fans del PP madrileño respiraron tranquilos. Ya la echaban de menos.
Ella perdió un congreso. Pero mantiene su dominio sobre Madrid. Y con una plataforma de este tipo, más el concurso de Aznar y el deterioro que va a sufrir Rajoy como consecuencia de la acción de Gobierno, sus posibilidades suben.
Aunque los ‘marianistas’ no van a consentírselo. Si pueden evitarlo. Ayer mismo, en diversos portales de Internet, algunos teóricamente muy alejados de los intereses de Génova, se le recordó a ‘Esperancita’, nombre cariñoso que le otorgan los más veteranos del partido, que en el programa electoral con el que ganó su última batalla electoral no se decía nada de la Comunidad de Madrid.
No obstante, la lideresa puede tener problemas serios para llevar a cabo sus planes. Si Rajoy cae, hay otros muchos aspirantes a liderar lo que quede del PP en caso de próxima catástrofe electoral: Soraya Saénz de Santamaría y María Dolores de Cospedal, por ejemplo. Y quizá su `delfín’ Ignacio González tuviera que decidirse por ‘matar a la madre’, en caso de debacle.
Claro que hay quien apunta que Aguirre está convencida de que sus propuestas siempre tendrán el respaldo de un puñado de votos. Y si toca convertirse en la Rosa Díez popular y sacarse de la manga un partido liberal, pues se hace.
O eso dicen esos conspiradores que proliferan últimamente por las agrupaciones del Partido y que suman adeptos, según se confirma en las encuestas el posible descalabro de Rajoy, en las próxima citas electorales.
