Hazte Oir y Derecho a Vivir no están dispuestos de ‘dejarle pasar una’ el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, y denuncian en su web cualquier declaración que consideran una “traición a sus votantes” sobre la reforma del aborto.
El más mínimo anuncio o reflexión que hace el ministro de Justicia sobre lo que pretende hacer el Gobierno de Mariano Rajoy para reformar la ley del aborto es mirado con lupa por estos colectivos, empeñados en ‘saltar a la yugular’ del ministro de Justicia a la mínima.
Es lo que ha ocurrido esta semana con la entrevista que Gallardón concedió a Onda Cero, de la que se hizo eco elboletin.com, y donde insinuó, entra otras cosas, que no tiene intención de eliminar el supuesto del daño psicológico de la mujer, que algunos colectivos ultraconservadores consideraban un ‘coladero’ para abortar de la ley de 1985, precisando que “hay que respetar siempre el daño psicológico de la mujer y tiene que estar protegido por los tribunales”
Hazte Oir y Derecho a Vivir lo consideran un “respaldo explícito” del titular de Justicia al supuesto despenalizador del “riesgo para la salud psicológica de la madre” y se echan las manos a la cabeza, recordando al ministro que “no se corresponde con la promesa electoral del Partido Popular de modificar la ley del aborto para proteger la vida humana. En ese sentido, es una traición a sus votantes”
Además, recuerdan a Gallardón que más allá de la valoración sobre la validez de la palabra dada por el PP a sus votantes en las últimas elecciones, que el llamado “riesgo para la salud psicológica” no es un diagnóstico médico, tal y como asegura la doctora Gádor Joya, portavoz de Derecho a Vivir, en la página web de Hazte Oir.
“Se trata de un término ambiguo y no médico que se presta a interpretaciones arbitrarias y que, de validarse en la nueva ley, volvería a convertirse en un coladero para el aborto libre”, señala Joya.
Dan opiniones de psiquiatras para apoyar sus tesis y advierten que “si el Gobierno quiere plantearse una reforma en serio de la ley del aborto para proteger la vida humana ha de tener en cuenta todos estos hechos médicos y no caer de nuevo en el ‘coladero’ de 1985 consagrado en la ley de 2010”