El TDT Party está de capa caída. Pero aún tiene potencia de fuego y puede usarse. Por ejemplo para echarle una mano a Wert y a su criticada LOMCE. Con el sistema de siempre: desacreditar a sus críticos. Los rectores universitarios, por ejemplo.
Los tertulianos de ‘El cascabel al gato’ de 13 TV, los viejos guerreros de Intereconomía marcan la pauta de esta guerra subterránea. Y siguen, por supuesto, todas las normas de los buenos propagandistas.
La primera personalizar, por supuesto. Hablar del hijo de Carrillo y de Berzosa, por ejemplo. El rector de la Complutense, por el eco que provoca su nombre entre los tertulianos, es un ‘caramelo’ para esta estrategia.
Son ‘rojos con coche oficial’ que ‘sí tienen dinero para levantar extrañas estatuas’, en referencia al monumento a las Brigadas Internacionales instalado en terrenos universitarios y no para ‘ayudar a los universitarios que lo necesitan’.
Han despilfarrado, en definitiva y por eso, la universidad está como está. Por eso no hay dinero y ha habido que subir el precio de las matrículas lo que puede provocar, en la Complutense de José Carrillo, curiosamente, que 3.000 estudiantes se queden en la calle.
Según esta línea de acción, a la que han empezado a sumarse ya a título personal y en los corrillos con periodistas, algunos parlamentarios del partido, los rectores se oponen a la LOMCE, y también a la política educativa de Ignacio González en Madrid, por ejemplo, porque quieren conservar sus privilegios.
Pero, por si este argumento no tuviera contundencia suficiente, aún hay otro. En realidad, Carrillo y los suyos, tienen un plan para convertir a España en Venezuela. De hecho, estos sectores de la Academia son la vanguardia intelectual de ese plan de la izquierda para España que destacados intelectuales conservadores como Herman Terstch equiparan con el avance de un nuevo nazismo.