El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha llamado a “no engañarse, ni intentar engañar a españoles” ante el año “muy duro que tenemos por delante”, pero sobre todo ante una primera mitad de 2013 en la que habrá que “perseverar en las reformas que hemos emprendido”. A pesar de esto, en su comparecencia para hacer balance de estos últimos 12 meses, el líder del PP se ha mostrado esperanzado a que la situación económica mejore en el segundo semestre.
“Es el momento de hacer balance de nuestras medidas, de por qué las hemos hecho y qué nos aguarda”. Con esta frase comenzaba Rajoy su rueda de prensa en el Palacio de La Moncloa para dar cuenta de su análisis de este año. Una intervención que apenas ha durado 15 minutos en la que el presidente del Gobierno ha admitido que “las cosas han sido más difíciles de lo que no esperábamos”. A este respecto ha recordado que la desviación en el objetivo del déficit ha sido de un 50%, lo que le ha obligado a aprobar ajustes.
“Medidas en ocasiones dolorosas”, pero que han tratado de ser equitativas, según ha asegurado Rajoy, y con las que se ha tratado de sentar “las bases para que no se vuelva a repetir lo ocurrido”. Y es que, de no llevar a cabo su “ambiciosa e intensa agenda de reformas”, España estaría “en una situación mucho peor”. Unas reformas estructurales para la recuperación de la Economía como la que ha afectado al sistema financiero, al mercado, a la Sanidad y a la Educación.
Todos unos esfuerzos del Gobierno que no significan que la situación vaya a mejorar de un día para otro. “No engañarse, ni intentar engañar a españoles”, ha insistido Rajoy que ha admitido que el próximo año seguirá siendo “muy duro”, sobre todo, la “primera mitad”.
Por ello, ha llamado a “evitar todo lo que nos distrae de la salida de crisis y de la creación de empleo” y ha pedido centrar todas las “energías” en ambos temas. Un objetivo que no es fácil y que ha provocado cierta impaciencia y decepción. Sentimiento que “comprende” el presidente del Gobierno.