Las malas relaciones de Ana Botella con sus proveedores debido a la deuda que arrastra con ellos han acabado por pasarle factura. La alcaldesa de Madrid no ha tenido más remedio que prorrogar un año el contrato de recogida de basuras con la concesionaria del servicio, FCC, tras fracasar el concurso que abrió para eliminar la retirada de residuos los domingos y festivos, que finalmente quedó desierto.
La concesión que sigue ostentando la empresa de infraestructuras acababa este mes de diciembre, algo que Botella quiso aprovechar para sacar un nuevo pliego en el que se redujese la recogida y, por tanto, el dinero que paga el Ayuntamiento por este servicio.
Así lo advirtieron a EL BOLETÍN fuentes del sector cuando entró en vigor el recorte en la retirada de envases (cubo amarillo) el pasado 1 de octubre. Según indicaron, la única intención de la regidora era la de “modificar las condiciones de la concesión” de este servicio, por lo que habría aplicado esta reducción para poder “pagar menos” por ello.
“Esa es la trampa”, indicaron esas mismas fuentes, que vaticinaron que el consistorio argumentaría que “como se recoge menos, se pagará menos”, algo que realmente no es así porque se cobra “por peso, por tonelaje, y este acabará siendo el mismo”.
El nuevo concurso abierto por Botella quedó finalmente desierto, ya que ningún proveedor se presentó ante la más que probable posibilidad de que el “ahorro” pretendido por la alcaldesa tuviese que venir de mano de la propia concesionaria a través de una reducción de plantilla.
Por ello, a la regidora no le ha quedado más remedio que prorrogar el contrato que mantenía con FCC durante un año, y algunos observadores políticos apuntan que lo ha hecho con vistas a intentar de nuevo recortar este servicio de cara a 2014.
Asimismo, Botella ha tratado de ganarse el favor de los madrileños manteniendo la reducción del 12% de la tasa de recogida de basuras, una medida anunciada cuando se habló de recortar la frecuencia de recogida. El Ayuntamiento ha tratado de ‘vender’ esta medida como un ‘guiño’ a la ciudadanía, pero se le olvidó mencionar que antes este servicio era gratuito y que la rebaja del impuesto se aplica después de que la recogida, en este caso la de envases, ya se haya recortado.
Desde octubre los restos del cubo amarillo se recogen tres días a la semana, lunes-miércoles-viernes en algunas zonas de la capital, y martes-jueves-sábado en otras. Una medida que, además, le valió a Botella una huelga de tres días de los basureros en noviembre que dejó las calles de la capital inundadas de residuos.
