Los aznaristas, decididos a reconquistar el PP madrileño, han encontrado en María Dolores de Cospedal a su mejor aliada. Las ‘peleas’ entre la secretaria general de los populares y la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sánez de Santamaría, y la lucha de poder que se desató en Génova tras la llegada de Javier Arenas han sido las bazas que han aprovechado los aznaristas para colocar a su ‘candidato’ en la carrera por la sucesión de Esperanza Aguirre.
Las alabanzas que ha expresado Mariano Rajoy a la labor de Cospedal al frente del PP y del gobierno de Castilla-La Mancha, durante la inauguración de la Interparlamentaria del partido que se celebra en Toledo, han sido interpretadas por algunos observadores políticos como el último cartucho que le quedaba al presidente del Gobierno para tratar de mantener a su lado a la dirigente autonómica.
La secretaria general del partido de la gaviota, relegada en Génova a un segundo plano con el desembarco de Javier Arenas, algo que ocurrió tras ver truncadas algunas de sus aspiraciones debido a Soraya Sáenz de Santamaría, podría querer dar un cambio de rumbo dentro del partido. Al menos así se asegura en los mentideros políticos, donde uno de los rumores que más se comenta es el nacimiento de un pacto de Cospedal con los aznaristas en Madrid.
El PP de la capital se encuentra dividido desde que el pasado mes de septiembre Esperanza Aguirre abandonase la presidencia de la Comunidad de Madrid y anunciase que también dejaría el liderazgo del partido, aunque todavía se mantiene su sillón. Cospedal, de momento, no se había decidido a quitar de en medio a la ‘lideresa’, ya que no sabía a quién poner, pero ahora los aznaristas han querido aprovechar la ‘soledad’ de la presidenta manchega en la sede nacional del PP para evitar que la carrera por la sucesión de Aguirre la gane el candidato de Rajoy.
Parece más que evidente que el presidente del Gobierno quiere quitarse de en medio a Ignacio González, al que muchos dan como vencedor, y algunos observadores políticos aseguran que su intención es promocionar a Pío García Escudero para que lleve las riendas del PP en Madrid. No obstante, esta opción no es firme, ya que éste se encuentra cómodo en el Senado, y suceder a Aguirre no parece tarea tranquila.
No obstante, ha surgido una tercera vía para la sucesión: Francisco Granados. Aunque no es seguro que sea el candidato de los aznaristas, los rumores apuntan a que es la persona elegida por esta ‘familia’ para ganarle la batalla a Rajoy. Defenestrado por Aguirre, el popular vaga desde entonces sin rumbo claro por los pasillos de Génova, algo que podría cambiar si, como se dice, Cospedal decide dar aliento a esta corriente.
Todo ello, para restar poder a Javier Arenas, pero sobre todo a Sáenz de Santamaría. La enemistad entre ambas dirigentes ha quedado patente con los ‘pulsos’ que han mantenido en los últimos meses, que ha ganado la vicepresidenta del Gobierno. Una de las ‘peleas’ más sonadas entre ambas dirigentes fue la que acabó con la salida del marido de Cospedal, Ignacio López del Hierro, de Red Eléctrica.
Tras conocerse que iba a ser nombrado consejero de esta empresa, Sáenz de Santamaría forzó su renuncia argumentando que este ‘fichaje’ generaba gran descontento en el Gobierno. Algo que no sentó nada bien a la secretaria general del PP, que vio poco después cómo el cónyuge de la vicepresidenta, Iván de la Rosa, entraba en Telefónica.
