La presión que en las últimas horas ha ejercido la dirección nacional del PP y la propia alcaldesa de Madrid, Ana Botella, para frenar las constantes manifestaciones que día a día se suceden en la capital han provocado que la delegada del Gobierno Cristina Cifuentes hayan pasado de exigir “respetar el derecho a manifestación” a proponer que se “modifique”.
Ana Botella se ha salido con la suya. El enfrentamiento que la alcaldesa ha desatado con Cristina Cifuentes por el elevado número de manifestaciones, casi 2.200 en lo que llevamos de año, se ha saldado con la derrota de la delegada del Gobierno en Madrid.
Apenas 24 horas después de que el vicesecretario general de Organización del PP, Carlos Floriano, cerrase filas en torno a la mujer de Aznar y criticase las “molestias” que sufren los vecinos del centro de la capital, Cifuentes ha admitido la Ley es «muy permisiva y amplía» con el derecho de reunión y manifestación.
En RNE, la delegada del Gobierno ha mostrado su deseo de “modular” esta normativa, que data de 1983, ya que «tiene muchos años” y es necesario “racionalizar el uso del espacio público”.
«Lo que quiero es abrir un debate porque cualquier modificación tiene que ser adoptada por un amplio consenso. El derecho manifestación lo recoge la Constitución es su artículo 21 y no creo que haya que cambiar la Constitución. Este derecho tiene que seguir siempre en todo caso un derecho constitucional. Estamos en una sociedad democrático y los derechos de los ciudadanos no se pueden recortar», ha señalado Cifuentes.
A pesar de esto, la delegada del Gobierno ha sido clara: “Habría que modificarla, no para recortar derechos, pero sí para racionalizar el uso del espacio público”. “No puede ser que en un mismo día en Madrid haya diez manifestaciones en la misma zona. Los comerciantes y vecinos del Centro de Madrid están desesperados con toda la razón”.
Unas palabras que suscriben la posición que hace unas semanas defendió la alcaldesa Ana Botella y que desató un rifirrafe con Cifuentes. Una pugna en la que Génova, de la mano de Carlos Floriano, tomó partido ayer por la regidora. «Me pongo en lo que sufren los ciudadanos de Madrid siempre de la misma zona y entiendo que la alcaldesa dé voz a los ciudadanos que sufren el ejercicio de los derechos de los demás, pero esos derechos están pisoteando los derechos de otros», destacó el vicesecretario de Organización del PP.
Este cambio de opinión en Cifuentes coincide con la irrupción de un sector en las filas de los populares que dan por hecho su destitución como delegada del Gobierno en la capital y para el que ya tienen sustituto: nada menos que Francisco Granados.