La vicepresidente del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría ha anunciado que el ministro de Economía se dirigirá al gobernador del Banco de España para pedir cuentas por las retribuciones de los altos cargos de las cajas quebradas o intervenidas y que de ser necesario, se materializarán las medidas pertinentes que pasarán por evitar “premiar” a los gestores que llevaron a algunas entidades al borde la quiebra.
Luis de Guindos, concretamente, se dirigirá por carta al Gobernador del Banco, no sólo para conocer los detalles de estas retribuciones fijas y variables y si son justificables, sino también para poder tomar medidas que eviten estos sueldos tan altos.
La número dos de Mariano Rajoy ha adelantado también que las entidades financieras deben realizar provisiones por alrededor de unos 50.000 millones de euros para ajustar el valor de sus carteras. Pero no se quedó sólo en esto, sino que añadió también que será de Guindos quien detallará las cantidades adecuadas para cada banco y que la reorganización estará lista en seis meses.
En su intervención, entre otros temas, la vicepresidenta negó la posibilidad de crear de un “banco malo” para activos tóxicos y garantizó el compromiso del gobierno de hacer una reforma financiera de “forma directa”.