Los trabajadores de la planta que Clesa tiene en Caldas de Reis (Pontevedra) tienen motivos para estar algo más contentos a pesar de la ruina en la que dejaron los Ruiz-Mateos a la firma láctea. Después de que la administración concursal de Madrid anunciase la semana pasada que no aplicaría el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) extintivo previsto, la venta de la factoría parece cada vez más cercana.
Las dos cooperativas interesadas en los activos de Clesa Pontevedra, la encabezada por Feiraco y la de los proveedores, han actualizado sus ofertas de acuerdo con las peticiones de los administradores concursales, que en los próximos días enviarán los proyectos con las pertinentes rectificaciones al juez para que decida, previsiblemente antes de que acabe el mes, quién será el nuevo dueño de esta fábrica.
Una suerte que no ha podido correr la planta de Clesa Madrid. Tras aplicar el pasado mes de julio un ERE extintivo a la totalidad de la plantilla, el juez encargado del concurso de la firma láctea ya ha ordenado la liquidación de los activos fabriles de la compañía, que ha recibido una orden de desahucio y de desalojo inmediato de Metrovacesa, dueña de los terrenos.