Las pujas que han ofrecido cuatro empresas por Cacaolat, propiedad de la familia Ruiz-Mateos, ha llenado de optimismo a los trabajadores de Clesa, empresa que posee una participación del 95% en la firma de batidos catalana. Según ha indicado Luis Muñoz, miembro de la comisión de seguimiento de CCOO del ERE extintivo de Clesa Madrid, a EL BOLETÍN, estas ofertas han llenado de esperanza a los trabajadores despedidos de la firma de productos lácteos, ya que la venta de Cacaolat podría suponer, por fin, el cobro de las indemnizaciones.
Muñoz ha señalado que los 361 trabajadores que integraban la plantilla de Clesa en Madrid, a los que hay que añadir los 239 empleados de Helados Royne, afectados también por un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de extinción, se encuentran a la espera de que el juez encargado del concurso de la firma de productos lácteos encuentre el dinero necesario para pagarles las indemnizaciones correspondientes, algo que parece cada vez más cercano debido al interés que ha levantado la venta de Cacaolat.
En concreto, la empresa propietaria de Central Lechera Asturiana, Capsa, es la que lidera las pujas presentadas para comprar la factoría de Cacaolat, ya que su oferta, de 45 millones, supera las presentadas por Grupo Vichy Catalán, de 30 millones, la alianza entre Damm-Cobega y Victory, de 25 millones, y por Roures Reeinginnering, que ha ofrecido 12 millones.
No obstante, los trabajadores de Clesa todavía no ‘cantan victoria’. Según Muñoz, la venta de Cacaolat es sólo el primer paso, ya que después será necesario un acuerdo entre los jueces encargados del concurso de ambas firmas propiedad de los Ruiz-Mateos, uno en Madrid y otro en Barcelona, para repartir el dinero obtenido con esta operación. El objetivo, según el ex trabajador de Clesa, es pagar, por un lado, las indemnizaciones de los empleados de Clesa y, por otro, mantener los puestos de trabajo de la plantilla de la firma de batidos, que todavía no se ha visto afectada por ningún ERE.
