La presidenta de la Junta de Castilla-La Mancha, la popular María Dolores de Cospedal, está contra las cuerdas. Cuando todavía no se han cumplido ni tres meses de su ascenso al poder, ya se enfrenta a su primera huelga, que llevará a cabo el sector farmacéutico el próximo jueves 11 de agosto para protestar contra los impagos del Ejecutivo regional.
En concreto, fuentes de la patronal de las empresas farmacéuticas de Castilla-La Mancha han asegurado a este diario que la protesta se llevará a cabo en dos días para reclamar a la Junta los 125 millones de euros en concepto de facturas impagadas que debe a las boticas de la región, a las que no paga desde el pasado mes de mayo.
No obstante, el cierre no será total, ya que todo apunta a que permanecerán abiertas las 244 farmacias de Albacete, cuyos colegiados han decidido no secundar la protesta, y las farmacias de guardia, que suponen un 30% del total de 1.300 boticas de Castilla-La Mancha y que por ley deben cumplir con sus horarios.
La mayoría de los boticarios de la región han decidido secundar la huelga porque, tal y como ha reconocido en numerosas ocasiones la presidenta de la Federación Empresarial de Farmacéuticos de Castilla-La Mancha (FEFCAM), María Dolores Espinosa, la situación derivada de los impagos es “extrema”. Además, las últimas reuniones del sector con los miembros del ejecutivo regional tampoco han aportado luz al asunto.
El pasado miércoles se produjo un encuentro entre el viceconsejero de Sanidad y Asuntos Sociales regional, Jesús Galván, y la presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Castilla-La Mancha, Rosa López-Torres, en la que se trató el asunto sin llegar a ninguna conclusión.
En dicha reunión, Galván, que se limitó a señalar que la situación era una herencia del Gobierno del socialista José María Barreda, propuso al sector buscar vías de financiación alternativas, como suscribir créditos con bancos y cajas, es decir, seguir el ejemplo de Murcia, donde el Ejecutivo del popular Ramón Luis Valcárcel instó a los farmacéuticos, en vísperas de las elecciones municipales y autonómicas, a pedir un préstamos a Cajamurcia y Cajamar avalados con su patrimonio.
Aunque es probable que Castilla-La Mancha no sea la única región en la que se secunde una huelga de este tipo, ya que las boticas de Baleares y La Rioja también se encuentran al borde de la quiebra. En concreto, las 418 farmacias de las islas arrastran una deuda de unos 45 millones de euros, mientras que los farmacéuticos de La Rioja llevan más de un mes sin cobrar.