El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, está intentando evitar a toda costa que la deteriorada situación económica del Ayuntamiento de la capital empañe su campaña electoral. Con este objetivo, ha subido el tono de sus ataques al Gobierno central para desviar la atención. Así, ayer, poco después de que Standard & Poor’s bajara la nota de solvencia del Consistorio, Gallardón aprovechó un acto electoral en Málaga para reclamar elecciones anticipadas.
La agencia de ‘rating’ rebajó ayer la nota de la deuda a largo plazo de la ciudad de Madrid hasta ‘A’ desde ‘A+’ con perspectiva negativa. Standard & Poor’s advierte del riesgo “de que Madrid pudiera desviarse del control estricto de gasto corriente y de inversión que esperamos en nuestro escenario base. Si esto sucede, pensamos que Madrid sería incapaz de estabilizar su posición de liquidez y se enfrentaría a una acumulación adicional de cuentas a pagar”.
Poco después de conocerse esta noticia, Gallardón instaba a los españoles a lanzar “un mensaje rotundo al Gobierno diciéndole que se acabó, que basta ya y que no nos resignamos” y apostó por un nuevo Ejecutivo que «deje de dar vaivenes y de anteponer intereses partidistas a los de toda la Nación». Los socialistas «han secuestrado el calendario de todos los españoles para anteponer los intereses partidarios a los de la Nación», advirtió.
Preguntado al respecto por Europa Press, el candidato del PSOE al Ayuntamiento de Madrid, Jaime Lissavetzky, defendió que «Madrid es absolutamente solvente para poder pagar su deuda y no va a representar un problema”, aunque sí recomendó a Gallardón cumplir “a rajatabla los planes de estabilidad» marcados por el Gobierno.