Un total de 15 directivos de la Federación Catalana de Fútbol han presentado esta mañana su dimisión y han emitido una nota en la que argumentan que su adiós está motivado por la “falta de confianza” en el resto de miembros de la junta. Los dimisionarios señalan que no comparten “la gestión económica” ni la “adquisición de algunas obligaciones inasumibles o éticamente inaceptables”.
El organismo quedará ahora en manos de una junta gestora, cuya única función será programar nuevas elecciones en un plazo de tres meses, ya que el actual presidente, Jordi Casals, deberá abandonar sus funciones. Casals, que preside la federación desde hace dos años, tenía previsto impulsar una crisis de gobierno en la próxima junta, en la que algunos de sus directivos iban a perder el cargo.
Casals ha calificado la dimisión en bloque como “una puñalada trapera” y acusó a sus cabecillas de querer llegar a la Presidencia saltándose el paso de las elecciones. El actual presidente se presentará a la reelección.
