La cámara Baja tiene en su agenda una propuesta de Podemos para estudiar posibles irregularidades en el voto desde que se implantó el sistema del ruego. El Pleno del Congreso debate hoy si crea una investigación para examinar las posibles irregularidades en la participación electoral desde el extranjero desde que entró en vigor el llamado ‘voto rogado’. Se trata de una petición de Podemos que trata de depurar responsabilidades políticas por la reforma electoral de 2011. Aquella modificación, que cambió el sistema de voto exterior, fue apoyada por PP, PSOE, CiU y PNV.
El partido morado ha sido uno de los más activos en la defensa de la ley electoral, y no solo por el sistema circunscripciones que castiga a los partidos más pequeños. La modificación de 2011 pasó a exigir a los residentes en el extranjero que solicitaran su voto como requisito previo para participar, bien presencialmente o bien por correo. La participación exterior es tradicionalmente muy inferior a la de los residentes en territorio nacional. No obstante, el porcentaje de españoles residentes en el extranjero que acaban votando ha caído significativamente desde que entró en vigor el nuevo sistema.
Podemos busca descubrir si la reforma tenía intereses políticos: uno de los colectivos más afectados por la reforma lo constituyen los jóvenes que emigraron durante la crisis ante la falta de oportunidades laborales, consecuencia de las políticas “ineficaces e injustas” del PP, en palabras de Íñigo Errejón, número dos de la formación.
Podemos, así como la Red trasnacional de emigrantes del Estado español, conocida como Marea Granate, viene reivindicando desde hace meses que son los partidos que impulsaron la reforma a los que más convenía que esos emigrados no votasen. En las pasadas elecciones del 20 de diciembre, el 95% de los españoles no residentes no votó.
Además de que el proceso se hizo más complejo que antes de 2011, muchos emigrados han denunciado irregularidades en el proceso: problemas en las embajadas, retraso en el envío de papeletas, falta de información, dificultades con el voto electrónico y un largo etcétera.
Los últimos datos de la Oficina del Censo Electoral confirmaban que la abstención de los que están fuera se ha disparado desde las anteriores elecciones generales, pasando por las europeas de 2014. Solo al cerrarse el periodo para ‘rogar el voto’ antes del 20 D, más de 1,7 millones de los 2 millones con residencia en el extranjero se quedaron sin oportunidad de votar.
Según Errejón, Podemos pretende que los autores de aquella reforma interpreten ante los nuevos miembros de la cámara Baja el descenso de la participación exterior, que ha cifrado en un 85%. También pedirán que se tomen medidas para revertir el fenómeno en el futuro. Aunque PSOE y CiU apoyaron aquella reforma, la caída del voto de emigrados ha cambiado su postura pública y se han posicionado en contra, junto a algunas federaciones del PP.