Los anticapitalistas ya anunciaron antes de las elecciones del pasado septiembre que reclamaban la paralización inmediata del plan urbanístico que permitía el macroproyecto. El ‘Eurovegas catalán’ podría quedar condenado al mismo cajón al que ya se desterró el proyecto madrileño. El cabeza de lista de Junts pel Sí, Raül Romeva, ha reconocido que la renuncia a este macroproyecto de ocio y juegos de azar forma parte de la oferta que han remitido a los anticapitalistas de la CUP con tal de salvar la cabeza de Artur Mas.
Aunque tras su puesta de largo se hicieron varios anuncios sobre socios y empresarios implicados en BCN World, nombre real del proyecto, hacía tiempo que no se había producido ningún avance en el mismo. Ahora, desde la lista unitaria se accede a “dejar en suspenso” el plan urbanístico mediante el cual se daría vía libre a un complejo que en su origen buscaba competir con el que el magnate estadounidense Sheldon Adelson planteó levantar en Alcorcón y que luego dejó en papel mojado.
Desde la CUP, formación que se define como “socialista, ecológicamente sostenible y desligado de las formas de dominación patriarcal”, ya se había advertido hace meses que cualquier pacto con los socios de Mas pasaba por la retirada del proyecto. A menos de una semana de la celebración de las elecciones regionales que los soberanistas presentaron como plebiscitarias, el candidato de esta formación, Sergi Saladié, se apresuró a reclamar la inmediata retirada del plan para la reordenación urbanística de la localidad tarraconense de Salou, apostando por dinamizar en su lugar la tradicional industria química de la zona en consonancia con la preservación del entorno natural.
Romeva, por su parte, ha explicado que este ofrecimiento va junto con el de la presidencia coral que habían solicitado también los seguidores de Antonio Baños. La hoja de ruta redactada por los compañeros de Mas será ahora sometida a la asamblea de la CUP, formación que dirimirá ahora en qué manera procede a votar y examinar los puntos propuestos por Junts pel Sí.
Mientras tanto, los retrasos en BCN World no habían hecho otra cosa que sucederse, indicando para muchos el ostracismo al que finalmente parece condenado el proyecto. En este sentido, uno de los inversores estrella del proyecto, el empresario valenciano Enrique Bañuelos, había solicitado anteriormente una prórroga de plazos para hacer frente a la compra de los terrenos del complejo a través de su firma Veremonte, la misma que desembarcó en la tecnológica Amper con la promesa de reflotarla y que finalmente abandonó toda posición en su capital sin haber alcanzado los objetivos con los que aterrizó en ella.