El ex presidente del PNV Xabier Arzalluz, analiza en una entrevista al diario Gara las últimas detenciones de dirigentes de la ilegalizada Batasuna, entre los que se encuentra Arnaldo Otegi. Arzalluz cree que detrás de esta operación no está el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, sino el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, a quien asegura que le interesa acabar con las intenciones de varios miembros de la izquierda abertzale que pretendían “dar un paso más adelante en superar la violencia y potenciar la política”.
En opinión del ex líder jeltzale, el ministro “no quería negociar porque quería reprimir, y esto hace que Pérez Rubalcaba se parezca más a Mayor Oreja que a ninguno de los ministros de Interior del PSOE”.Respecto a los detenidos, Arzalluz afirma que “son patriotas vascos, y por tanto dignos de todo respeto y, para muchos, de admiración”.
Preguntado por la posibilidad de que visite a Otegi en prisión como ya lo hizo hace más de un año, Arzalluz reconoce que “por supuesto que sí”, aunque recordó que en aquella ocasión no pudo hablar libremente con el líder abertzale porque sus conversaciones eran grabadas.
Por último, el ex líder del PNV hace una advertencia: “Matar el diálogo o matar al mensajero siempre ha sido una reacción del débil, del que se cree fuerte pero en realidad es débil porque no tiene una solución cabal, no tiene nada que ofrecer”.
El 2 de febrero de 2008, Arzalluz acudía a la prisión de Martutene para visitar a Otegi, encarcelado en junio del año anterior para cumplir una condena de 15 meses. En aquel momento, el ex líder del PNV declaraba que la conversación con Otegi versó sobre “política y de futuro” y se alargó “entre las diez y las once de la mañana”.
Arzalluz entró al locutorio junto a “familiares de Otegi” de quien dijo estaba “simpático, con mucha energía y preparado para lo peor”, aunque “sin saber” si la izquierda abertzale podría presentarse a las elecciones de marzo de 2009. Un hecho que finalmente no sucedió tras la ilegalización de ANV y EHAK.
Arzalluz fue uno de los miembros del PNV que mostró su apoyo a la manifestación que los sindicatos nacionalistas vascos convocaron en San Sebastián el pasado 17 de octubre para protestar contra las detenciones de miembros de la izquierda ‘abertzale’ días antes.