En un movimiento inusual, la excanciller y antigua líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) Angela Merkel intervino y criticó las acciones de su sucesor en la cúpula del partido.
Merkel calificó de «error» permitir por primera vez una mayoría de votos con apoyo de Alternativa para Alemania (AfD). La reacción del actual Gobierno, formado por el Partido Socialdemócrata (SPD) y Los Verdes, fue alertar de que el «cortafuegos» de los partidos democráticos ante la ultraderecha se ha desmoronado.
Hasta ahora, Merkel se había mantenido lo más al margen posible de la campaña electoral de su partido. Sin embargo, un día después de que la CDU/CSU sacara adelante una moción con exigencias como el rechazo de los solicitantes de asilo en las fronteras con la ayuda de la AfD (además de los liberales del FDP), abandonó sus reticencias.
En un comunicado publicado por su oficina, la excanciller recordó una declaración anterior de Merz en la que este afirmaba que sólo incluiría en el orden del día decisiones acordadas con el SPD y Los Verdes para evitar una mayoría con la AfD.
«Esta propuesta y la postura asociada a ella fueron una expresión de gran responsabilidad política, que apoyo plenamente», afirmó Merkel en el comunicado. Y añadió: «Creo que es un error dejar de sentirse vinculado a esta propuesta y permitir así, por primera vez, una mayoría con los votos de la AfD en una votación en el Bundestag (Cámara baja del Parlamento) el 29 de enero de 2025».
La secretaria general del SPD, Saskia Esken, celebró el mensaje de Merkel: «Es evidente que ha adquirido la impresión de que debe recordar a su sucesor Friedrich Merz su responsabilidad política». Por su parte, la líder del grupo parlamentario de Los Verdes, Katharina Dröge, envió a Merkel su «más sincero agradecimiento por estas claras palabras».
El actual canciller -y también candidado socialdemócrata-, Olaf Scholz, ya se había mostrado indignado en declaraciones al canal público ARD, donde dijo que la CDU/CSU había roto el consenso «de que no hay cooperación entre los partidos democráticos y la extrema derecha». Y añadió que había perdido toda su confianza en Merz.
El candidato conservador lo negó, y subrayó que seguiría sin haber cooperación con AfD. «La gente de AfD puede celebrar todo lo que quiera, no es así», dijo también en ARD. Merz aseguró que quiere mayorías de centro, pero que no está dispuesto a seguir «permitiendo que una minoría nos disuada de llevar a cabo votaciones que son correctas en la esencia».
La próxima prueba de fuego será el viernes, cuando se someterá a votación no una mera moción, sino medidas concretas para limitar la inmigración. Merz renovó su oferta de negociar la iniciativa previamente con Los Verdes y el SPD. «Estamos dispuestos a hablar con Robert Habeck (el candidato verde) y Olaf Scholz sobre el proyecto de ley en cualquier momento», dijo al diario «Bild».
Sin embargo, de momento no hubo respuesta positiva. El líder del grupo parlamentario del SPD, Rolf Mützenich, pidió a Merz que no presente el proyecto. De lo contrario, «abriría aún más la brecha de lo que ha ocurrido», dijo en la radio Deutschlandfunk.
El FDP y el populista de izquierdas BSW también han manifestado ya su apoyo, por lo que podría haber de nuevo una mayoría con la ultraderecha, que por su parte celebra la situación como el comienzo de «una nueva era».
Sin embargo, también ha habido advertencias más fuertes dentro de la CDU para que el partido no acepte de nuevo la aprobación de la AfD. El alcalde de Berlín, Kai Wegener, anunció que el estado federado de Berlín «nunca aceptará en el Bundesrat (Cámara alta del Parlamento) una ley que sólo se aprobó con los votos de la AfD». Y también varios diputados y dirigentes mostraron su disconformidad.
La intervención de Merkel no ha facilitado la campaña electoral de Merz. En materia de migración, se trata de todos modos de un juego de equilibrios: amplios sectores de la CDU/CSU ven con buenos ojos que Merkel se aparte de su política de refugiados, pero como canciller ha podido atraer a votantes más alejados de los círculos liberales.
La relación entre Merkel y Merz fue tensa durante mucho tiempo, después de que la entonces líder de la CDU le desbancara como jefe del grupo parlamentario conservador tras las elecciones de 2002. Sin embargo, en una celebración de la CDU con motivo de su 70 cumpleaños, a finales de este verano europeo, ambos se mostraron en términos muy amistosos.
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