Lucha por aferrarse a las ganancias pero ACS ha terminado por marcar caídas de hasta medio punto en varios compases de la sesión pese a haber conseguido contratos con la DGT y en Hong Kong.
ACS ha ofrecido resistencia a las órdenes de venta dominantes a la media sesión de este lunes en el parqué madrileño, aunque la constructora que preside Florentino Pérez ha terminado por sufrir caídas del 0,6%. Y eso aun habiéndose adjudicado un contrato con la Dirección General de Tráfico (DGT) por casi nueve millones de euros.
El proyecto en cuestión lo ha conseguido una de las sociedades filiales de ACS, Sociedad Ibérica de Construcciones Eléctricas (SICE), en consorcio con la también cotizada Indra para la conservación y explotación de las instalaciones de Sistemas de Transporte Inteligentes (ITS) en carreteras del Estado, tal y como se ha publicado este lunes en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Más concretamente, según el pliego de condiciones publicado, las dos firmas se encargarán del sistema para las carreteras gestionadas desde el Centro de Gestión de Tráfico Noroeste. Además, se explica que el importe total de la adjudicación asciende a 8,89 millones de euros, una partida que se quedará en 7,35 millones una vez aplicadas las retenciones fiscales pertinentes. El valor total estimado que el proyecto podría reportar a las dos cotizadas asciende a 11,97 millones de euros.
A pesar de las incursiones bajistas del valor, no ha sido éste el único contrato con que se ha hecho ACS al arranque de esta última semana de abril. Su filial australiana, Leighton, se ha hecho con las obras de construcción de un edificio de gestión de pasajeros para el emblemático puente que unirá las antiguas colonias chinas de Hong Kong y Macao. El importe previsto para esta infraestructura alcanza los 780 millones de euros al cambio de divisas.
Este lunes el volumen de negociación se mantenía por debajo de su media anual, en línea con la incertidumbre que parecía dominar el resto del mercado. Interdin Bolsa se colocaba como el gestor más activo de parte de las compras, mientras que el saldo neto vendedor más abultado de la jornada correspondía a la mesa de Morgan Stanley.