Amper, la compañía controlada por Enrique Bañuelos, vuelve a despedirse de otro de sus consejeros. Luis Bastida abandona la cúpula directiva de una firma que encadena tres sesiones bajistas. Nuevo capítulo del éxodo de altos directivos en Amper mientras Bañuelos lucha para evitar el concurso de acreedores. Luis Bastida Ibargüen, un antiguo ejecutivo de Telefónica en Latinoamérica, ha abandonado su asiento en el consejo de administración. Con su marcha, la tecnológica encadena tres sesiones consecutivas sin levantar cabeza en Bolsa.
A sólo diez días de que Enrique Bañuelos haya conseguido dos meses más para esquivar el concurso de acreedores que pisa los talones de Amper, otro de sus compañeros en el consejo de administración de la firma presenta su dimisión. Aunque el empresario valenciano no está presente en primera persona en la cúpula directiva de la cotizada, los analistas vuelven a ver en esta huida una nueva muestra de desconfianza en su gestión a través del fondo Veremonte.
Bastida, cuya retirada se atribuye a “motivos personales”, deja junto con su puesto de vocal, su lugar en las comisiones de auditoría y control y de nombramientos y retribuciones de la tecnológica. En su puesto, ya se ha fichado a un abogado del Estado en excedencia, José Francisco Matéu Istúriz, del que se aporta un escueto currículum en la página oficial de la compañía donde hasta ahora se podía consultar la dilatada experiencia de su antecesor desde su etapa en BBVA hasta sus diversos cargos en Telefónica a la otra orilla de Atlántico.
Amper ha venido esquivando el peor de los destinos financieros desde el pasado mes de julio gracias a acuerdos de prórroga, conocidos como stand-still en jerga financiera. Fuentes financieras explican que, desde entonces, los prestamistas han ido accediendo a estas concesiones porque están mucho más interesados en cobrar en efectivo, aunque sea tarde, que en ejecutar garantías y quedarse con una compañía que a pesar de la llegada del empresario saguntino no consigue reflotar su negocio.
Este viernes, tercera sesión consecutiva sin que Amper pruebe las alzas, su gráfica llevaba a perder un 2,7% en los cruces más pesimistas. No obstante, el volumen de negociación se quedaba lejos de llegar a igualar su media anual, recientemente engordada a fuerza de toma y suelta de posiciones cortoplacistas y especulativas. Bekafinance, la antigua Bankia Bolsa, dirigía el lado de las ventas, mientras que las compras las comandaban los mostradores de Mercavalor.