La prudencia inversora que las sombras que rodean la economía global ha vuelto a imponer pasa factura a los pagarés. Si hace unos meses fueron bien populares con el recorte a los extratipos de los depósitos bancarios, en lo que va de 2013 las emisiones de este tipo de papeles de deuda han caído un 72%. El hecho de que no estén protegidos por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) también juega en su contra.
El recuento de AIAF, el mercado secundario de renta fija de la Bolsa española, del pasado mes de julio muestra un acumulado en emisiones de pagarés de 23.552,79 millones de euros. Una cifra que supone un 72,5% menos que la registrada a igual altura del año 2012 y que se queda muy lejos de cualquier marca de mitad de año desde que estallara la crisis económica internacional.
Los efectos de las renovadas dudas inversoras en torno a estos papeles se dejan notar especialmente en aquellos a más corto plazo. En el tramo a 18 meses, el más extenso de cuantos se negocian en la plataforma de BME, el descenso fue de un sonoro 54,7% interanual. Y se trata del más moderado. En el caso de los pagarés a 15 días, el plazo de vencimiento más corto, el retroceso de emisiones llega al 88,5%.
Desde las mesas de gestión de varios brókeres nacionales se apunta directamente a la crisis de las preferentes, que aún sigue acaparando buena parte de la información económica y los discursos de líderes políticos y supervisores de mercados, como principal causante de este descalabro. Los inversores minoristas cada vez se muestran más reacios, dicen, a apostar por productos que no cuenten con el respaldo de instituciones como el FGD.
En los seis primeros meses de 2013, un total de 18 entidades financieras entre bancos, cajas de ahorros y cooperativas de crédito desafiaron la atonía de demanda de pagarés y emitieron este tipo de papeles. Una cifra que supone prácticamente la mitad de lo que era habitual hace un año, si bien es cierto que fruto de la reestructuración bancaria cada vez es menor el número de entidades operativas en España.
Mientras que Banco Santander ha sido el más activo en este mercado, con la puesta en circulación de pagarés por 3.970,97 millones de euros. Al otro extremo, las entidades nacionalizadas no han sido capaces de acudir a este mercado de financiación: ni Bankia, ni Novagalicia, ni Catalunya Caixa, ni menos aún un Banco de Valencia llamado a su próxima desaparición han lanzado pagarés este ejercicio.
No obstante, la crisis de este tipo de papeles no se queda en las compañías más débiles del panorama empresarial español. Incluso Telefónica ha sufrido la desbandada inversora de los pagarés. Hace sólo unos días, la gigante de las telecomunicaciones se veía obligada a declarar desierta una emisión en varios tramos para la que no consiguió suficiente demanda. En total, 20 millones de euros a un mes, cinco millones a tres meses y 1,2 millones a un año se quedaron sin encontrar dueño, según fuentes conocedoras del asunto.