Amarga despedida la de Abengoa en el Ibex 35. Sus acciones de clase B, las que hasta este viernes cotizan entre las 35 grandes del parqué madrileño, llegaban a ceder un 6,6% en los cruces más bajistas de una sesión en la que la renovable sevillana se disponía a ceder su puesto a la alimentaria Ebro Foods, que sí lograba aferrarse al terreno más amable de su gráfica de cotización (+0,9%).
Desde que se anunció la retirada de Abengoa de la primera línea de la Bolsa española, sus acciones han perdido un 8,5% de su valor. Consecuencia directa, explican los analistas, del golpe desinversor de las carteras referenciadas a la evolución del índice que han retirado sus posiciones en la sevillana para tomar parte en la arrocera. En este tiempo, su único colchón ha sido su inclusión en el Ibex MediumCap, que siguen con atención los inversores más inclinados por las medianas capitalizadas.
Junto a su retirada del Ibex, sobre Abengoa pesan las dudas que desde hace meses se ciernen sobre el sector fotovoltaico en España. A la espera de una reforma energética integral que no llega, pero que en sus primeros pasos ya ha supuesto la retirada de ayudas y la imposición de nuevas tasas para las renovables ha acelerado el paso por caja de muchos inversores.
Una circunstancia que, ya en los últimos seis meses que toman como referencia los siete expertos que deciden el devenir de los índices Ibex, había supuesto un fuerte deterioro del volumen de negociación para la sevillana. Tanto que se había colocado como la cotizada con menos acumulado de entre las 35 grandes del parqué madrileño: unos 381 millones de euros. Además, la caída de precios que le cuesta ya un 30% desde enero, le había dejado con una capitalización relativa sobre el índice de tan sólo un 0,18%, frente al 0,3% fijado por los expertos como mínimo para asegurar la permanencia.
Con este panorama, el volumen de negociación sobre las acciones B de Abengoa se mantenía en línea con su media anual. En las compras, los gestores más activos eran Banesto, GVC Gaesco y CaixaBank. Mientras tanto, las ventas que una sesión más se imponían sobre su gráfica bursátil procedían en primera instancia de los mostradores de Morgan Stanley, Mercavalor y Deutsche Bank.