Si es usted uno de los pocos accionistas que no acudió a la OPA de exclusión de Corporación Demoestética, vaya preparando la chequera si quiere mantener su inversión. Aunque el presidente José María Suescun no ha conseguido el umbral mínimo para forzar las ventas de sus socios, sí cuenta con vía libre para sacar a la compañía de Bolsa y proceder a una agresiva ‘operación acordeón’.
En el pliego de intenciones que Suescun presentó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores para Corporación Dermoestética se recogía la reducción a cero del capital social de la compañía para una posterior ampliación de capital de seis millones de euros. Una operación por la que el empresario levantino habría compensado las pérdidas acumuladas a lo largo de los últimos años para quedarse como único accionista de una empresa totalmente saneada, a excepción de sus deudas.
Ahora, que un 8,25% del capital social de Dermoestética se ha resistido a la poco generosa oferta de Suescun, el empresario ya no es el jugador único de esta operación. Un movimiento que además, según se recoge en varios hechos relevantes al respecto, no tendrá lugar hasta que las acciones de la firma médica sean efectivamente retiradas del parqué madrileño. Algo para lo que ya sólo queda que el presidente de la firma desembolse el acordado precio de 0,33 euros por acción a sus todavía titulares a través de la sociedad instrumental creada al efecto: Pabellón Paladio.
Se da la circunstancia de que, como sólo un 79,83% del capital de la cotizada al que iba dirigida la oferta, Suescun no puede imponer ventas forzosas a los inversores más rezagados que la ley del mercado español marca a partir del 90%. Unas carteras que algunos identifican con la facción de minoritarios más crítica con la gestión del presidente. Hace sólo unos meses, varios de estos inversores se unieron a través de una denuncia por supuestas malas prácticas en la compañía que únicamente hubieran revertido a favor del empresario.
En función del actual capital social de Dermoestética, compuesto por 20,17 millones de euros, cada accionista que quisiera seguir de la mano de Suescun por hacerle la guerra o aprobar su nuevo proyecto ya fuera de Bolsa, deberá desembolsar unos 0,30 euros por cada acción en cartera para mantener peso. De otro modo, con la reducción a cero, perderá todo lo invertido, con un resultado mucho peor que el de haber acudido a la OPA. Un movimiento que muchos gestores de carteras atribuyeron por esto a una suerte de seguro por parte de Suescun para su operación que, sin embargo, no ha resultado tan efectivo como se pudiera haber pensado.
No obstante, este podría no ser el peor de los escenarios. Los comunicados remitidos al supervisor bursátil hablan de una emisión “a la par” con un nominal de un euro por título, lo que podría desembocar en un desembolso mucho mayor para los inversores que opten por quedarse. Si se quedan por el camino, Suescun ya ha asegurado que asumirá todo lo necesario para salvar la operación y, en definitiva, por aumentar su cota de poder en la compañía que, por el momento, no podrá ser completa.