Después de varios meses centrados en las acciones de Bankia, los especuladores vuelven a apostar por los derivados para hacer negocio con el hundimiento de la nacionalizada. Con la puerta abierta a la activación de los seguros contra impago de deuda o CDS, como adelantó el viernes EL BOLETIN, la negociación de estos productos ha vuelto a dispararse, así como su precio.
La cotización de los CDS sobre deuda a cinco años de Bankia ha subido a 820 puntos básicos en varios cruces de la sesión de hoy, una cota que hacía tiempo no se veía en este derivado. El pasado mes de marzo, sin ir más lejos, rara era la sesión en que el precio de estos seguros contra impago de intereses de deuda superó los 740 enteros, según varios gestores de carteras consultados por este portal. Y es que el viernes se abrió la puerta al posible cobro de los mismos.
Desde los cuarteles de la ISDA, la organización internacional desde la que la gran banca mundial vela por los productos derivados de inversión se ha reconocido un “evento de crédito” en Bankia, consecuencia de la suspensión de pago de intereses de ciertas emisiones de deuda híbrida y subordinada impuesta por el Memorando de Entendimiento (MoU) impuesto por Bruselas y el Banco de España para el rescate de la entidad, tal y como reconoció la nacionalizada a esta publicación.
Este mismo martes 30 de abril, los miembros de la organización están llamados a una nueva reunión en la que deberán decidir si, a través de una o varias subastas, activan el cobro de estos CDS sobre la deuda de la cotizada española. En este sentido, cabe destacar que para ser titular de uno de estos seguros de impago no es necesario ser titular de la deuda que respalda, por lo que se vuelven un producto extremadamente especulativo en situaciones tan delicadas como la que actualmente atraviesa Bankia.
El plan de recapitalización de Bankia debería estar finalizado antes de que termine el ya muy próximo mes de mayo. Este mismo martes en que la ISDA dará su veredicto final, también comenzarán a cotizar los derechos de suscripción preferente de la macroampliación de capital con la que el equipo de José Ignacio Goirrigolzarri pretende devolver buena parte de la salud perdida a la maltrecha entidad. Una nueva oportunidad de negocio más allá de las tradicionales acciones para los inversores y gestores más duchos en negociación especulativa.
A la espera de la eventual activación de estos seguros, su cotización aún dista mucho de la que marcaron en julio del año pasado. Entonces, con el MoU debatiéndose en los despachos de Bruselas y en plena debacle nacionalizadora de la entidad, los CDS a cinco años llegaron a marcar los 1.575 puntos básicos. Un techo que ahora parecen buscar varios oportunistas en un horizonte a corto plazo en el que el optimismo tiene, según las recomendaciones de los expertos, menos cabida.