Dos días ha durado la escapada alcista de Pescanova. Este viernes volvían a imponerse las ventas sobre la cotizada en preconcurso de acreedores. Un cambio de rumbo en el que es protagonista la solicitud de consejo de administración extraordinario de su segundo mayor accionista, Demetrio Carceller, y que ha devuelto las dudas a los inversores.
La solicitud del que es también presidente del grupo Damm la ha trasladado al consejo de administración su hijo, José Carceller Arce, que es quien representa a la cervecera en la mesa de poder de Pescanova. Una petición para la que, según fuentes próximas a la compañía, estaría buscando apoyos entre otros accionistas de referencia y que tiene como objetivo “ver los temas estratégicos y la solución a los problemas estructurales que tiene actualmente” la piscícola, ha informado un portavoz de los Carceller a agencias.
Si ayer mismo algunas casas de inversión postulaban que esta familia de empresarios podrían convertirse en los ‘salvadores’ de Pescanova, este viernes se convertían en sus verdugos por lo que a la Bolsa se refiere. Y es que, su decisión ha frenado en seco dos días consecutivos de fuertes alzas en que Pescanova recuperaba un 56% de lo perdido tras su inesperada entrada en preconcurso de acreedores al punto de que hoy la gráfica llegaba a ceder un 18% en los cruces más amargos.
Sin embargo, los analistas defienden que no se pone en peligro la posible toma de control por los Carceller, pero que sí han quedado en evidencia la poca paz que se respira en el consejo de la compañía. Así, las dudas surgen en torno a lo fácil y rápido que pueda encontrarse solución a la actual coyuntura de la pesquera. El preconcurso de acreedores al que ahora sigue acogida tiene fecha de caducidad: tres meses prorrogables por otro más como máximo antes de caer en manos de un juez que decrete la intervención concursal de la compañía.
En este sentido, algunas voces apuntan al presidente de Damm como una de las voces más discordantes con la gestión del actual presidente de Pescanova, Manuel Fernández de Sousa-Faro, que por otra parte es también el primer accionista del grupo con un 14,4% del capital. Algo que, en principio, podría apoyar la tesis de que Carceller estaría dispuesto a incrementar su peso en la cotizada o alcanzar pactos con otros accionistas de referencia para rediseñar el balance de la compañía de forma que su abultada deuda actual no ponga en peligro la continuidad del negocio de la compañía, un punto del que los acreedores parecen no dudar ni un momento.
La incertidumbre en torno al futuro de la compañía tras la solicitud de Carceller se ha traducido en una volatilidad del 24% para la gráfica de Pescanova en esta última sesión de la semana. Su precio de mercado ha oscilado en un abultado rango de entre los 10,75 euros con que coqueteaba a primera hora hasta los 8,12 euros que llegaba a marcar en los cruces más pesimistas para con el reflote de la compañía pesquera, incapaz por el momento de hacer frente a sus deudas a más corto plazo, cuya renegociación podría haber comenzado hoy mismo, según Reuters.
Al calor de estas novedades y especulaciones, lo que sí seguía disparado era el volumen de negociación, por encima de su media anual una vez más. A pocos minutos para el cierre semanal del parqué, habían cambiado de manos 4,4 millones de ‘pescanovas’, cuando su media anual de una sesión completa apenas sobrepasa los 600.000 títulos. Las ventas las lideraban hoy Banesto, Interdin Bolsa y Morgan Stanley. En las compras, los gestores más activos eran Renta 4, UBS y Norbolsa, el bróker de las cajas de ahorro vascas.