El oro no se libra de los estragos de la desaceleración económica global. A pesar de que el metal dorado mantiene su valor, en los últimos meses su precio se ha estancado y dejado de ser un producto altamente rentable para los inversores.
Los inversores ven ahora el oro como una forma de proteger su capital, ya que el metal dorado no baja de valor, pero ya no es una inversión especulativa con la que obtener una importante rentabilidad.
La crisis ha rebajado la demanda de oro, que, según la organización World Gold Council, cayó un 7% en el segundo trimestre de 2012 comparado con el mismo período del año pasado debido entre otras cosas al descenso de la compra de joyería en diversas economías.
Esta caída de la demanda, unida a los extensos inventarios del metal dorado, podría derivar en un significativo descenso del precio del oro. “Creemos que el precio de largo plazo de la onza de oro es de 1.200 dólares (unos 930 euros)”, aseguró Young Park, analista de acciones de empresas mineras de la firma estadounidense Morningstar, a la agencia AP. Actualmente la onza de este metal cuesta 1.734 dólares (1.340 euros).