El todo por el todo. Esa es la situación a la que se enfrenta España esta semana en la que el Tesoro celebrará una subasta decisiva de deuda a diez años que, según algunos analistas, puede ser el momento elegido por los especuladores para lanzar un nuevo ataque que dispare la prima de riesgo y ponga al Gobierno de Mariano Rajoy al borde del abismo.
Hay muchos elementos para la incertidumbre. Uno de ellos es la decisión final de la agencia Moody´s que, si opta por rebajar el rating español como ha hecho S&P, y situarlo al borde del bono basura puede provocar una oleada de ventas en los fondos de pensiones internacionales que habitualmente tienen restricciones legales para mantener en cartera bonos con calificaciones bajas.
En ese contexto, las colocaciones de bonos de tres, cuatro y diez años prevista para esta semana alcanzan la categoría de prueba definitiva. También porque tendrá lugar poco antes de que arranque el Consejo Europeo en el que, teóricamente, deben registrarse avances sobre aspectos que afectan al futuro de España, como la Unión Bancaria o las condiciones del rescate.
Hasta ahora, el manto protector del BCE parece haber funcionado, en parte porque el Tesoro ha optado por emitir deuda a medio y corto plazo, en el rango en el que estarían previstas las compras prometidas por la autoridad monetaria.
Pero la necesidad de refinanciar algunas emisiones a diez años, pone al Estado español ante un escenario menos favorable. Y si se produce un patinazo, las presiones sobre el presidente del Gobierno de las que hablan los rumores de mercado desde hace tiempo podrían incrementarse.
