Los accionistas de Bankia han perdido ya 1.128,5 millones de euros desde que estalló su particular crisis con la dimisión de Rodrigo Rato como presidente. Por el momento, los inversores de la marca estrella de Banco Financiero y de Ahorros han perdido un 36% de su dinero y, según resulten los resultados auditados de 2011 y la inyección de capital público, la cifra podría ser aún mayor.
En solo tres semanas, el precio de mercado de los títulos de Bankia han pasado de valer poco menos de 2,5 euros a negociarse por 1,57 euros cada uno. Un vertical desplome que ha ido más allá incluso de lo que predijo su viejo cuidador bursátil. El bróker de JP Morgan, que por su relación con la entidad capitaneada por Caja Madrid podría conocer bien sus entresijos, recortó de forma drástica hasta los 1,70 euros por título sus perspectivas para la entidad solo dos días después de que el exministro Rato se bajase del barco de Bankia.
Son muchos los gestores e inversores que, según ha podido comprobar este portal, se preguntan por qué motivo la Comisión Nacional del Mercado de Valores no ha suspendido en ningún momento la cotización de la entidad ante tanta turbulencia y falta de información clara. Un movimiento que, justifican, habría impedido la pérdida de los ahorros de muchos pequeños inversores que permanecieron en el capital de su entidad frente al éxodo masivo de minoristas que siguió a la partida del ya expresidente de Bankia.
Ante estas acusaciones, el supervisor del mercado español hace notar que la retirada al dique seco del parqué tan solo se produce cuando hay falta de información sobre la evolución de los negocios de las cotizadas o indicios de información asimétrica. Así, algunos gestores consideran que, como en Bankia el problema ha estado en las especulaciones sobre su futuro y sus necesidades de capital público, no había motivos fundados para decretar la suspensión. Un extremo que tan solo ha llegado este viernes y a petición de la propia compañía, ya bajo las riendas de José Ignacio Goirigolzarri, antiguo consejero delegado de BBVA.
Bankia ha querido hoy curarse en salud a la espera de que al cierre del mercado diese a conocer sus resultados ya auditados del ejercicio 2011 y remitiese al Banco de España sus necesidades finales de capital público para sanear su ‘enladrillado’ balance. Según el hecho relevante remitido por la entidad al supervisor bursátil, “a la vista de la falta de concreción en las cifras hasta que el Consejo haya adoptado el acuerdo definitivo, solicita a la CNMV la suspensión de la cotización”. Un aspecto que hace pensar que la Comisión no hubiera suspendido hoy tampoco la cotización de la maltrecha entidad si ella misma no lo hubiera solicitado.
A pesar del descenso acumulado del 56% que Bankia acumula ya en el parqué, debido principalmente a este último tramo bajista sin Rodrigo Rato, los inversores de la entidad han vivido un leve respiro desde que Goirigolzarri junto a algunos sindicatos llamaron a la calma y a comprar títulos de la entidad nacionalizada y aseguraron el futuro de la compañía, gracias también a la intervención del Estado. Desde, el pasado 17 de mayo, la entidad financiera ha recuperado un 10,4% de su valor en Bolsa, o lo que es lo mismo 325,9 millones de euros.
Un balón de oxígeno que crecerá o se pinchará, auguran los analistas, en función de lo que Goirigolzarri anuncie en escasas horas. Un anuncio que será seguido de cerca por supervisores, Gobierno, medios y mercados, pendientes del futuro diseñado por su equipo para la malparada fusión de siete cajas de ahorros que apunta a hacerse con el dudoso honor de recibir el mayor rescate financiero de la historia de España.