Portugal debe regresar a los mercados a por financiación el año que viene. Si no puede conseguirlo, necesitará ayudas internacionales adicionales al primer rescate recibido en 2011. No obstante, los inversores parecen confiar en la capacidad de Lisboa para llevar a cabo la misión.
Esto es lo que se traduce de la rentabilidad ofrecida por sus bonos en los mercados secundarios. El pasado 30 de enero los inversores exigían, en los mercados secundarios, un interés del 21% en el bono a dos años y del 17,3% en el bono a diez años para comprar deuda portuguesa.
Sin embargo, ahora mismo estos inversores no requieren tanto rendimiento. Los bonos se venden a un interés del 9,99% (el dos años) y del 11,6% (el diez años). Esto quiere decir que la confianza en la economía lusa aumenta, y por lo tanto la presión de los mercados desciende.
La Comisión Europea, por su parte, considera que el actual programa de ajuste y de reformas de Portugal «es suficiente» y que si el país implementa al pie de la letra el plan de la troika de la UE, el FMI y el BCE, podrá volver a los mercados en 2013, tal y como está planeado.
El jefe adjunto de la misión para Portugal por parte de la Comisión, Peter Weiss, sostuvo en la rueda de prensa en la que presentó el informe de la tercera revisión del programa de ajuste económico para Portugal, que el plan «es suficiente».