Las dos grandes eléctricas alemanas, E.ON y RWE, podrían estar a punto de recortar sus elevados dividendos para hacer frente a la caída de ingresos y al aumento de costes como consecuencia del apagón nuclear y los cambios en la industria energética del país propuestos por el Gobierno de Angela Merkel, más enfocados a las energías renovables.
E.ON ofrece una rentabilidad por dividendo en la actualidad del 8% después de que el valor de sus acciones haya retrocedido un 20% este año. Nomura espera ahora que la compañía rebaje su dividendo hasta un euro desde los 1,30 euros con los que como mínimo se había comprometido a retribuir a sus accionistas, según asegura la agencia Bloomberg. RWE, que tiene una rentabilidad del 9,8% y ha perdido en el año un 30% de su valor bursátil, podría recortar su dividendo un 32%, según los expertos de Citigroup.
Estas rebajas podrían llevan a los inversores a buscar otras compañías en el sector más atractivas, tanto en el Reino Unido, como en Austria e incluso España.
En un movimiento que el mercado interpretó como electoralista tras el desastre de Fukushima en Japón, el Ejecutivo alemán anunció que todos los reactores nucleares se cerrarán antes de 2022 y también se apagaron las plantas más antiguas. Esta decisión podría tener un fuerte impacto en las cuentas de resultados de los grupos energéticos alemanes. Según un estudio de Unicredit, los ingresos de E.ON y de RWE podrían caer un 55% y un 42% respectivamente en el primer semestre del año por los costes asociados al apagón nuclear.
La prensa alemana aventura que el próximo lunes, día en el que se reunirá la junta de supervisión de E.ON, la compañía podría anunciar el recorte.