Los inversores de las principales plazas europeas han amanecido con los cinco sentidos puestos en la cita clave del día: la reunión del consejo del Banco Central Europeo (BCE). La posibilidad de que la institución monetaria suba los tipos de interés para el mes de julio pone en tensión a los protagonistas de la renta variable y hace que los principales índices bursátiles de Europa titubeen con la apertura de la jornada.
Así, el Ibex 35 abría plano, intentando salvar los 10.000 puntos. El sector financiero, que ayer encabezaba la caída del principal índice de la Bolsa de Madrid, se apuntaba al color verde a primera hora de la mañana con avances del 0,4% para el BBVA y del 0,6% para el Santander. Entre los grandes, Telefónica registraba ganancias del 0,4% e Iberdrola del 0,3%, mientras que Repsol YPF se anotaba un incremento del 0,6% e Inditex amanecía plano.
El resto de los índices europeos conseguían mayores crecimientos que el español. El CAC francés se apuntaba un repunte del 0,04% y el FTSE londinense del 0,04%, mientras que en Francfort el DAX registraba el mayor aumento, en torno a un 0,12%.
El riesgo país de España se mantiene en los 232 puntos básicos de diferencial, debido a las pocas variaciones que en las últimas horas ha sufrido la rentabilidad ofrecida por los bonos españoles a diez años, que cotizan a 5,38%, frente a la de sus equivalente alemanes, que ofrecen un tipo de interés del 3,05%.
De igual manera, la cotización de la deuda griega, italiana y portuguesa no ha experimentado importantes modificaciones, ofreciendo un rendimiento de 16,69%, 4,76% y 10,18%, respectivamente. La deuda soberana de Irlanda, por su parte, cotiza a 11,30%.
En el mercado de materias primas el precio del barril de Brent ganaba 27 centavos a primera hora de la mañana, incremento que afianza la unidad de crudo de referencia en Europa en los 118 dólares. El oro, por el contrario, cede terreno y cotiza a 1.538 dólares la unidad del metal.
El tipo de cambio euro-dólar, por su parte, no experimenta cambios y se mantiene en 1,46 dólares. De igual manera, el billete verde mantiene sus posiciones frente a la moneda nipona y se cambia en torno a los 80 yenes.