Los últimos mensajes e iniciativas lanzados por altos funcionarios y miembros del Gobierno de Angela Merkel en plena crisis de la deuda soberana de los denominados países periféricos de la eurozona han provocado en el último mes una bajada en picado del euro frente al dólar. La moneda única se situaba hoy en su tipo de cambio más bajo frente al billete verde desde el pasado 21 de septiembre.
Sólo en el último mes, el euro ha bajado frente a su par estadounidense un 4%. Si el pasado 26 de octubre el cruce de monedas se situaba en 1,3906 dólares por euro, a media sesión de hoy se situaba en 1,3336 dólares.
Esta racha negativa ha puesto fin al efecto Bernanke sobre el mercado de divisas. A principios de noviembre la Reserva Federal anunció un programa de recompra de bonos del Tesoro de 600.000 millones de dólares para estimular la economía. El objetivo era aumentar la actividad económica y tener mucho dinero barato listo para que se reactivase el mercado del crédito, pero Alemania acusó a los hombres de Bernanke de una intervención encubierta en la política cambiaria. Tras esta decisión, el tipo de cambio entre euro y dólar llegó a situarse en 1,4180 dólares por cada moneda única, pero desde entonces las constantes incertidumbres sobre Irlanda y los mensajes cifrados del Gobierno Merkel han provocado la debilidad del euro, clave para aumentar las exportaciones de Alemania e impedir una recaída de la mayor economía europea. En el tercer trimestre, el PIB del país creció apenas un 0,7%, frente al 2,3% del trimestre anterior.
Ahora, en plena crisis, y con los mercados cada vez más desconfiados, Alemania ha propuesto que los bonos soberanos de la zona del euro incluyan cláusulas que permitan su reestructuración de deuda ya en 2011. Aunque en sí misma parece una propuesta inofensiva, ha despertado el temor de unos inversores especialmente sensibles. Se supone que esta cláusula debe facilitar la reestructuración de la deuda al permitir que se impongan los cambios aprobados por la mayoría de los inversores. Sin embargo, los mercados, que no quieren financiar a los países si existe el más mínimo riesgo de una reestructuración, temen una ola de impagos en cuanto entre en vigor.
En el mercado de renta fija, la prima de riesgo de España alcanzaba de nuevo máximos, situándose, a media sesión, en 254 puntos. El bono a 10 años español rentaba en el mercado secundario al 5,246%, mientras que el bund alemán ofrecía el 2,699% a la misma hora.
Tras el caso de Irlanda, el temor es ahora un contagio de Portugal. La prima de riesgo de la deuda portuguesa se situaba en 435 puntos básicos, con el bono portugués en el 7,049%.