La compañía ferroviaria es una de las contratistas de la infraestructura que unirá las ciudades de La Meca y Medina, en Arabia Saudita.
Talgo cae presa de la volatilidad del parqué al conocerse el resurgimiento de las tensiones entre sus compañeras de viaje en el conocido como AVE del Desierto y las autoridades sauditas. Desde ganancias superiores al punto porcentual a pérdidas próximas al 1,5% con minutos de diferencia.
Las concesionarias para la construcción y puesta en marcha del tren de alta velocidad que unirá las ciudades de La Meca y Medina, en Arabia Saudí, han reclamado a las autoridades del país la asunción de ciertos sobrecostes sobrevenidos durante las obras de la infraestructura. Sin embargo, las peticiones habrían sido desoídas en su totalidad, según publica Expansión, y la brecha se habría acrecentado también entre las compañías españolas integrantes del consorcio.
Esto se debe a que los sobrecostes implican algunos trabajos relacionados más estrechamente con la construcción y que, por lo tanto, no afectan directamente a la aportación de algunos de los socios. Sin embargo, la asunción de estas partidas no previstas mermarán los márgenes esperados por todas las empresas del consorcio e incluso podrían provocar la entrada en pérdidas para el proyecto de algunas de ellas, según el rotativo.
Al frente de este consorcio se sitúan las estatales Renfe (26,9%), Adif (21,5%) e Ineco (1,4%). El 50,1% restante se lo reparten las empresas privadas ACS, OHL, Indra, Copasa, Siemens, Imanthia, Abengoa y Talgo, que asumen distintas tareas en cada caso, si bien se desconoce por ahora cuáles serían las actividades más perjudicadas en cuanto a rentabilidad por la negativa de Arabia Saudí de poner sobre la mesa más de los 6.700 millones de euros presupuestados originalmente.