El organismo presidido por Janet Yellen ha descartado elevar el coste del dólar por el momento, pero su equipo de trabajo prevé un repunte de medio punto para final de año. La Reserva Federal de EEUU repite guion. Igual que hace un año apuntó hacia subidas de tipos en la recta final del mismo, el organismo monetario vuelve a dejar la puerta abierta a cambios en su política de cara al segundo semestre, aunque avisa que dependerá como entonces del desempeño de la mayor economía mundial.
De momento, la Fed de Janet Yellen ha optado por mantener intactos sus tipos de interés. Una decisión que ha ayudado a Wall Street a encarar la recta final de su sesión negociadora con mejor ánimo que en la apertura, salpicada también por el pesimismo de la falta de avance en las negociaciones entre Grecia y Bruselas. Para septiembre y diciembre, próximas citas trimestrales del organismo, no se descartan subidas de un cuarto de punto en cada caso.
En cualquier caso, no hay nada que se salga de las previsiones de los analistas. Según estimaciones de los miembros del Comité de Mercado Abierto de la Fed, los tipos oficiales en EEUU se encontrarán en una media del 0,625% a fin de año, lo que se traduce en dos subidas de tipos en este período si se asume que cada una será de un cuarto de punto, pues el consenso de mercado considera que un alza de medio punto porcentual sería demasiado drástica mientras algunas cifras macro siguen dando señales de una aún incipiente recuperación.
Los tipos de referencia en la mayor economía del mundo se mantienen por tanto entre el 0% y el 0,25%, mínimos históricos. En esta ocasión, un factor clave es el cambio entre el dólar y el euro después de que el Banco Central Europeo (BCE) se ha lanzado a su propio programa de estímulos económicos al estilo del QE estadounidense. La tasa de conversión entre ambas monedas supone un fuerte impacto sobre el devenir de la balanza comercial de los países en cuanto a su fuerza exportadora y es así un factor clave en las decisiones sobre política monetaria.