La también fabricante de hemoderivados CSL ha cerrado sesión con caídas de casi el 8% en la Bolsa de Sídney. El castigo a la cotizada catalana no ha alcanzado tal magnitud. Amarga sesión la de este miércoles para Grifols. La cotizada catalana ha llegado a perder un 6,4% de su valor en Bolsa después de conocerse el drástico recorte de previsiones que ha asumido su rival australiana CSL. En su caso, la consecuencia ha sido un descalabro del 7,8% en la Bolsa de Sídney.
Las cuentas del primer semestre fiscal de CSL han conseguido colmar las expectativas del mercado, sin embargo, la advertencia de que en lo que le queda de ejercicio las cosas podrían no ir tan bien como hasta ahora han provocado una profunda desbandada inversora. Y eso a pesar de que ha conseguido incrementar su facturación por encima de la media del sector.
No obstante, los gestores que más de cerca siguen la evolución de Grifols señalan que el principal lastre para la compañía podría estar en uno de los hitos que CSL ha exhibido este miércoles. Un informe del grupo BNP Paribas destaca que la australiana se ha hecho con el suministro de un hemoderivado para el sistema de salud de Polonia. Un proyecto que la catalana había señalado como elemento destacado para su crecimiento a corto plazo.
En los cruces más pesimistas de la sesión, las acciones de Grifols han llegado a venderse a 33,80 euros por acción, perdiendo la cota de referencia que le suponen los 35 euros por título y que la cotizada ha conseguido recuperar en la recta final de la jornada. Es así que a cierre de sesión la brusca caída se ha amortiguado hasta el 2,5%. Las acciones del grupo admitidas a negociación en el Nasdaq estadounidense encaraban la media sesión con una mucho más amable caída del 0,7%.
