Ence deja la fabricación de celulosa y se pasa a la generación eléctrica por biomasa. Un plan que pasa por la transformación integral de su fábrica de Huelva. Los nuevos planes de Ence para su fábrica de Huelva vuelven a despertar el apetito inversor por la compañía. Sus acciones suben cerca de un 3% tras anunciar la conversión de la planta de celulosa en una de generación eléctrica por biomasa y el despido de sus 294 trabajadores.
La compañía justifica su decisión en que “la necesidad de garantizar la viabilidad de la empresa a nivel global, ante el insostenible aumento de los costes de fabricación y la pérdida de competitividad de la fábrica en un mercado mundial altamente competitivo con es el de la celulosa”. De esta forma, además, se evita el cese total de actividad que la empresa había llegado a barajar a consecuencia de la entrada en vigor de la reforma energética del ministro Soria.
En el comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Ence explica que la fábrica de Huelva “arrastra importantes pérdidas durante tres trimestres consecutivos” que han llevado a la actividad de la celulosa a un escenario imposible de superar “a pesar del esfuerzo realizado durante los últimos años”. En este sentido, el sindicato UGT que preside la representación de los trabajadores de la compañía ha anunciado una asamblea para esta misma tarde.
De momento, la compañía ha mostrado su voluntad a embarcarse en una “negociación exhaustiva y de buena fe” con el objetivo de alcanzar acuerdos de indemnización o recolocación de sus trabajadores. Para ello, Ence ha adelantado el fichaje de “una empresa especializada líder” que ayude a que el impacto sobre la plantilla actual de la planta ovetense sea “mínimo”.
Ante este panorama, las órdenes de compra no han tardado en llegar sobre el capital de una compañía que acumula un retroceso del 36% en lo que va de año. La caída de márgenes en el negocio de la celulosa había llegado a provocar la amenaza de recortes de rating por parte de la agencia Moody’s advirtiendo incluso de una fuerte posibilidad de impagos de deuda si no se reconducía la situación. Con un volumen de negociación en línea con su media, BBVA y CM Capital Markets se colocaban al frente de las compras, mientras que Morgan Stanley y Banco Santander hacían lo propio del lado vendedor.