El hecho de que el Gobierno haya pactado con la oposición incluir a la Iglesia en la futura ley de transparencia aumenta la expectación con la que se esperan las últimas cuentas de Rouco antes de que los obispos tengan la obligación de cumplir los mismos requisitos de ‘luz y taquígrafos’ que cualquier institución privada que reciba fondos públicos.
Se mirará con lupa a qué destina su dinero la Iglesia, teniendo en cuenta la previsible caída de la recaudación del IRPF por la crisis y en pleno debate el hecho de que la Iglesia no pague el impuesto de bienes inmuebles y por la exención del Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO), que tanto está dando que hablar en esta época de recortes.
En los últimos años, la Conferencia Episcopal ha desvelado públicamente los detalles del destino del dinero recibido de los contribuyentes a través de la Declaración de la Renta, ya que está obligada a remitir al Gobierno una memoria justificativa sobre la aplicación de esos fondos, un acuerdo al que se llegó cuando se elevó el porcentaje del IRPF que recibe la Iglesia del 0,5% al 0,7%.
Cuando se incremento al 0,7% de la cuota del Impuesto sobre la Renta, la Conferencia Episcopal decidió crear un fondo de reserva, que se denomina fondo de estabilización que se reserva para cuando el dinero que se obtenga de la X, el famoso ‘xtantos’, no sea suficiente para cubrir sus necesidades.
Ahora, la Conferencia está a punto de publicar la memoria justificativa de actividades de la Iglesia de 2011 en la que detallarán en que han gastado lo que han puesto en sus manos los contribuyentes, que se espera como ‘agua de mayo’.
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Todas las miradas sobre los ‘dineros’ de la Iglesia