En la Cadena SER los tertulianos hablaron de nuevo del plan de reactivación económica que propuso el domingo el PSOE, y Joaquín Estefanía dijo que es un buen plan, una especie de pacto no sólo contra el desempleo, sino para acabar con la pobreza y reactivar la economía, que no “se puede despachar con arrogancia como ha hecho Bruselas sin conocer la letra pequeña, sobre todo un Eurogrupo que cambia continuamente de opinión, que cambió el rescate a Chipre, que ha cambiado la cifra de déficit”.
José María O’Kean dice que no cree que el Eurogrupo acepte que el dinero destinado a la banca sea utilizado para otras cosas, por eso este plan se ha focalizado con esa crítica inicial. Hay más cosas interesantes, como el modelo alemán de no despedir a los trabajadores, sino reducir las horas de trabajo, para que cuando la empresa recupera el pulso de trabajo se recupere. Esta medida lleva en marcha en Alemania muchos años.
Antonio Gutiérrez explicó que esa medida se viene practicando en España desde hace tiempo, en casi toda la industria del automóvil se ha pactado la redistribución de la carga de trabajo para no perder empleo. El problema es que no se quiso apoyar para que se generalizase. Pero la estructura empresarial y económica es muy diferente en Alemania y en España. Sin embargo, antes de rechazar de plano una idea, hay que sentarse a analizarlas.
Este tertuliano hace notar que por experiencia, en los pactos de la Moncloa siempre ha habido quien, en vez de buscar un acuerdo para mejorar, buscaba sólo escabullirse del no acuerdo. La respuesta tan rápida de Bruselas me hace pensar que puede haber sido inducida por el propio Gobierno de España para torpedear las negociaciones.