La reaparición mediática de Josep Piqué a raíz del ‘caso Bárcenas’ no ha pasado inadvertida para los observadores políticos. El presidente del Círculo de Economía y de Vueling, está protagonizando durante los últimos días una ronda por los medios de comunicación en la que se muestra contundente contra la corrupción y muy crítico con el PP por entender que no está actuando como debería para aclarar la polémica de los sobresueldos y las sospechas de financiación irregular del partido.
Las críticas de Piqué no dejarían de ser las de un ‘verso suelto del PP, en línea con las que realiza Esperanza Aguirre, de no ser porque desde el verano pasado su nombre suena como el del posible ‘tecnócrata’ que se haría cargo del Gobierno si llegara a caer Mariano Rajoy.
Esta alternativa parece que ha tomado fuerza durante las últimas semanas por el peligro para la reactivación económica que, a ojos de Bruselas, suponen los casos de corrupción en el partido que sustenta el Ejecutivo español, tal y como destaca la prensa alemana, en diarios como el Frankfurter Allgemeine Zeitung, por ejemplo.
Sea como fuere, lo cierto es que el miércoles pasado Piqué, en una entrevista en la radio catalana Rac1 pidió la dimisión de los políticos imputados por corrupción para dar ejemplo y evitar que se ponga en cuestión todo el sistema.
Además y sobre los presuntos pagos en negro en el PP por parte del extesorero del partido Luis Bárcenas, ha insistido en que él no vio nunca sobres mientras formó parte de la cúpula, aunque «ello no quiere decir que no hubiese.
Pero ayer en Onda Cero, Piqué fue aún más claro ya que apuntó directamente sobre Mariano Rajoy cuando calificó de sobreactuación que el presidente presentara su declaración de la renta cuando “todo el mundo sabe lo que gana el presidente del Gobierno”. Y añadió que el problema es que la incapacidad del Gobierno para transmitir legitimidad.
Y señaló que el problema es “la profunda incapacidad del nuestros representantes públicos, Gobierno y posición, de transmitir legitimidad y no evitar la percepción de que no están a la altura de las circunstancias”.
Posteriormente, Piqué, ya metido de lleno en su papel de ‘Monti español’ denunció que estos escándalos afectan a la marca España ya que “en política, lo que parece es y por ello las percepciones hay que combatirlas». Piqué explica que hay cierta “percepción de que España es un país en el que los políticos son corruptos” y “cuanto antes lo evitemos mejor» porque esa “imagen está cuajando”.
Finalmente, advirtió que está calando la imagen de que “como sistema económico estamos siendo incapaces de generar expectativas”.
