No me lo puedo creer. “El hipódromo de Ascot, uno de los más importantes de Reino Unido y del mundo, famoso tanto por las carreras que se disputan en sus pistas como por el desfile de mujeres y hombres por sus verdes praderas luciendo sus mejores galas, ha decidido endurecer sus normas en el vestir”. Lo leo en El País y pienso que se les ha acabado el chollo a quienes realizaban ranking con los tocados más originales, sinónimo en esta caso de más exagerados, y los sometían a la votación del gran público para que eligiera.
Resulta que aunque se trata de uno de los eventos más importantes del calendario social británico, donde la alta sociedad va a ver pero sobre todo a que la vean, resulta que según el diario de Prisa “con el paso del tiempo había flexibilizado su protocolo, que vuelve a recuperar la tradición más rancia del mundo de la moda”. Según el nuevo código de conducta, al que ha tenido acceso The Telegraph, quedan prohibidos los tocados; solo se admiten sombreros y las tradicionales pamelas, pero tampoco se permitirán minifaldas ni transparencias. Y hace notar el periódico, que una de las afectadas por la decisión va a ser Kate Middleton, que suele lucir más tocados que sombreros. ¡Pobre!
También leo en este diario y en algunos otros que se ha originado una nueva polémica respecto a Beyoncé, bueno como dice acertadamente El País concretamente por el “desteñido” de Beyoncé. Ocurre que en una foto promocional de su disco aparece muy blanquita ella y aunque no se sabe lo que ha sucedido -¿Demasiado ‘photoshop’, demasiada iluminación?- como lo del ‘efecto lejía’ ya sucedió en otra campaña publicitaria y cuando era cantante del grupo Destiny’s Child pues ha habido quienes han puesto el grito en el cielo. Ella, sin embargo, no ha dicho ni mu. Ni entonces, ni ahora.
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