Fraga, un “animal político” que a veces daba miedo

Las tertulias se han convertido hoy en un homenaje a la figura de Manuel Fraga, del que se ha hablado con respeto en Onda Cero, la SER y la COPE, destacándose especialmente su capacidad de trabajo, su vocación política, su fuerte carácter y que “tenía el Estado en la cabeza” como destacaron en el programa de Carlos Herrera.

En la SER, Antón Losada ha señalado que ningún político representa tan bien el tránsito entre la dictadura y la transición.. Tras esto ha recordado sus años al frente de la Xunta para reconocerle que fue un animal político con una gran capacidad para reinventarse en el PP gallego. Por contra, en el debe considera que hizo una gestión más que mejorable en ese gobierno autonómico. Román Orozco ha querido remarcar la existencia de “dos fragas: uno blanco y otro negro. El negro, fue un franquista reconocido; el otro, el hombre capaz de adaptarse a los tiempos”.

Para Pedro J. Ramírez en la COPE es el hombre que dio su vida por la política. “Hay muchos Fragas en Fraga, podríamos fijarnos en cualquier aspecto, pero yo me quedo con la del hombre que guió a la derecha a la democracia desde el franquismo, porque es su gran aportación y lo hizo desde la derrota. Aceptó exquisitamente la derrota, con ‘fair-play’, y formó un partido de centro-derecha”, señaló, mientras que, también en la emisora episcopal,. María Antonia Trujillo volvió a definir a Fraga como un animal político: “Gran servidor público con claroscuros”.

Hubo dos tertulianos que dijeron tener un especial afecto por el fallecido: José Antonio Zarzalejos en la SER, dada a amistad familiar que tenía su padre con Fraga y Pilar Cernuda en Onda Cero, aunque esta tertuliana reconoció, igualmente, que a veces le daba miedo. “He pasado miedo con él”, admitió.

A micro cerrado
En Onda Cero, los tertulianos estuvieron de acuerdo en que Manuel Fraga a veces se exaltaba y coincidieron en el hecho de que el veterano político tenía un carácter fuerte y autoritario. Carlos Herrera desveló: “ a mí me colgó el teléfono dos o tres veces” y preguntó ¿a quién no le ha echado alguna vez del despacho?”. Hubo silencio.

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