El duque de Palma se está llevando la ‘ídem’ y hoy se pueden leer distintas informaciones que no dejan muy bien parado al yerno del Rey. La primera la encontramos en El Mundo que dice que “la empresa Aizoon, propiedad al 50% de Iñaki Urdangarin y su esposa, la Infanta Cristina, también emitió facturas falsas para engañar a Hacienda” y aclara que “con el sello de Aizoon, se emitieron recibos de servicios jamás prestados y así reducir los beneficios de Nóos y pagar menos impuestos.
La cosa se está poniendo tan fea que Pedro J. Ramírez compara al duque con Roldán. Ahí queda eso. Y es que a Pedrojota la conducta “especialmente repudiable” de Urdangarin (de utilizar una fundación de ayuda a niños discapacitados para evadir dinero a Belice que publicaron ayer) hace que le vengan a la cabeza “los fondos de la Asociación de Huérfanos de la Guardia Civil de los que se apropió Luis Roldán”. Acabáramos.
Público también entra hoy al trapo y publica que la Fundación Madrid 16, creada por Alberto Ruiz-Gallardón para promocionar a la capital como sede de los Juegos Olímpicos de 2016, pagó 144.000 euros a la ONG Fundación Cultura, Deporte e Integración Social (CDIS), creada supuestamente por Urdangarin para ayudar a niños con discapacidad y enfermos de cáncer, pero que en realidad usó para desviar fondos a paraísos fiscales.
Y como no hay dos sin tres, resulta que libertaddigital.com revela que Urdangarin, “eludió el servicio militar en 1995 después de alegar una sordera de origen «traumático». El diario online escribe que “pese a que en 1993 el Ejército advirtió que el déficit auditivo de Urdangarin no era un eximente completo, dos años después consiguió ser declarado ‘inútil’ por ‘sordera completa’” y deja caer una maldad:. “Esa minusvalía no le afectó, sin embargo, en su exitosa carrera deportiva”.
Con todo esto no es de extrañar que el Príncipe se haya sentido en la necesidad de subrayar la “honestidad y la transparencia” de la Fundación Príncipe de Girona, como publican El País y Abc, una aclaración que en otros tiempos hubiera parecido innecesaria. ¡Ay, los cuñados!