Estaba cantado. Se temía que hubiera incidentes entre los participantes en la marcha laica y los peregrinos de la JMJ y los hubo, siendo dichos enfrentamientos debidamente reflejados en las portadas. Bueno, en las de El Mundo y El País porque Abc y La Razón, curiosamente los más ‘papistas’, optan por pasar por alto la bronca en sus primeras, aunque sí la reflejan debidamente en páginas interiores, quizá en un intento de no enturbiar el tercer viaje de Benedicto XVI a España o quizá para no darles más ‘cancha’.
Esa estrategia de ‘ninguneo’ se percibe en el diario de Planeta, que en uno de sus ‘Puntazos’ señala que la marcha laicista “ apenas reunió a unos cientos de personas, y aunque pretendía ser una provocación, no fue más que un paseo de ‘friquis’ en una ciudad tomada por la alegría juvenil de la JMJ”. Por lo que en lugar de ofenderse el rotativo conservador afirma que lo sucedió ayer “evidencia el carácter sectario de esa minoría marginal a la que los medios de la izquierda dan cobertura por meros intereses electorales”.
Además, La Razón convierte en “mártires del siglo XXI” a quienes fueron “insultados. Agredidos. Vejados. Señalados. Y sólo por tener fe” denunciando que la manifestación autorizada por la Delegación del Gobierno para protestar contra la visita de Benedicto XVI “se tornó en una “caza al católico”.
Y ahí es donde coinciden los diarios conservadores en reprochar al Ejecutivo que no se prohibiera la marcha anti-Papa. Dice El Mundo que “ayer quedó demostrado el gravísimo error de la delegada del Gobierno de Madrid -otro más- de permitir que la manifestación laica contra el Pontífice llegara a la Puerta del Sol” y recalca que aunque “sólo participaron unas 2.000 personas la Policía se vio desbordada y no pudo evitar brotes de tensión con los peregrinos que a esa hora visitaban el lugar”, ya que “los manifestantes se saltaron el cordón policial, golpearon a un agente y agredieron a al menos una veintena de seguidores del Papa. Todos los peregrinos que había fueron obligados entre empujones a abandonar la plaza”.
En portada Pedrojota fue más duro y denuncia pasividad policial ya que titula: “Los anti Papa arremete a los católicos y la Policía no actúa”, acompañando una foto que, la verdad, es muy ilustrativa ya que se ve a un hombre que grita como un energúmeno a una joven peregrina que se limita a besar el crucifijo que lleva al cuello. Y es que imágenes como ésta pueden dejar sin argumentos a más de uno.
Por este motivo, El País pide calma. Deja claro que aunque las críticas a cualquier evento son saludables en democracia, y las manifestaciones son un derecho constitucional. Pero la tensión que ayer se vivió en Sol, y los incidentes finales, no deben volver a producirse. Además, recuerda que “desde el momento en que los poderes públicos se comprometieron a acoger esta Jornada, están obligados a asumir los costes de seguridad y otros que generan las concentraciones masivas, sean religiosas o de otra naturaleza” Y subraya que “la cuestión, por tanto, es si deberían haber declinado la oferta de albergar el encuentro tomando en consideración la situación económica y también el hecho de que es la segunda vez que España acoge la Jornada en su cuarto de siglo de existencia”. Y concluye que por eso “los responsables políticos tendrán que explicar a los ciudadanos, creyentes y no creyentes, las razones de una opción que conllevaba un importante gasto, además de cortes de tráfico y otras molestias para el ciudadano”.
