El País, El Mundo y La Razón celebran el acuerdo Sarkozy-Merkel para ‘salvar el euro’, decisiones que según Pedrojota “marcan un cambio de ritmo en el desarrollo de la Europa del euro y suponen, en la práctica, el primer paso para su refundación” por lo que se atreve a calificar “el resultado de esa reunión de hito histórico”, mientras que a Abc le joroba y mucho que Alemania ponga “deberes” a Europa y que Merkel quiera que desfilen “al paso germano” todas las economías que usan la moneda única.
El de Prisa, sin embargo, lo considera “un paso adelante” y cree que las iniciativas acordadas ayer “constituyen una señal esperanzadora a medio plazo ante el desafío ineludible de una mayor gobernanza económica de Europa”. Además, ve positivo “un nuevo liderazgo del eje franco-alemán en la política europea, en un momento en el que urgía que los países con mayor peso económico asumieran el desafío de llevar el timón ante los recurrentes ataques al euro en los mercados financieros”.
El de Unidad Editorial también está contento, pero menos. A Pedrojota le gustan las medidas encaminadas a lograr una política fiscal común -que incluye disciplina presupuestaria, control del déficit y la armonización del sistema tributario y de los mecanismos de protección social”. Y no le convence el impuesto a la banca por transacciones financieras ni que las constituciones de los Estados deban incluir un techo de gasto y de deuda antes de un año, pero sobre todo lo que no le gusta un pelo y le inquieta es “la forma en que Alemania y Francia han cerrado otra vez estos acuerdos, a dos bandas, como ya sucedió con el Tratado de Maastricht” y critica que “al anunciarlos, Merkel y Sarkozy parecían dos monarcas absolutos entregando una carta otorgada a sus súbditos europeos”.
Finalmente, Abc advierte que si se aceptan las reglas de juego propuestas ayer “no será Europa la que supervise la economía alemana, sino Alemania la que usará a la UE para orientar las economías del euro. Y los eurobonos serán el premio para los buenos alumnos, no el bálsamo para los menos diligentes”. ¡Hay que ver qué juego da lo de comparar a Merkel con una severa profesora! Por cierto, que el de Vocento reconoce que, además, vamos a tener que agachar la cabeza y aceptar ya que “pocos de los que están en la zona euro pueden prescindir de la ayuda de Alemania”. O sea que son lentejas pero de las que se comen sí o sí.