Elena Salgado, vicepresidenta del Gobierno y responsable de Economía, culpó ayer veladamente a Angela Merkel de avivar la inestabilidad de los mercados con su propuesta de incluir a agentes privados en futuros rescates de países con problemas y esa acusación es la primera noticia de las portadas de El Mundo, Abc y La Razón y ocupa un lugar destacado en la de El País. No es la primera vez que la canciller alemana va por libre y antepone los intereses propios a los comunitarios, pero ahora el Ejecutivo español ha estallado tras un mes negro para el Ibex y con la prima disparada.
Pedrojota se pregunta en el El Mundo si el Gobierno tiene razón es sus quejas contra Alemania y dice que es “posible que Merkel actúe en clave de política interna cuando se desmarca del discurso común sobre la Unión y trate de ganarse a una opinión pública cansada del coste que sufre su país por ser la locomotora del euro”, pero cree que “también es cierto que esas declaraciones sólo afectan a los países que ya pasan por una complicada situación financiera” y concluye que “si Salgado hubiera hecho los deberes de las reformas a tiempo, Merkel no tendría ahora ese supuesto poder sobre nuestra deuda”.
El País sin embargo tiene otra opinión sobre el enfrentamiento entre socios europeos, del que responsabiliza a “la notable impericia política de Merkel” y apunta que “las quejas (correctas) de la vicepresidenta Salgado contra Francia y Alemania revelan diferencias de fondo que deben aclararse”.
En relación a los documentos de Wikileaks, El País lo que critica no es que la Embajada de EEUU presionara en los casos que le interesaban (Couso, vuelos de la CIA y torturas en Guantánamo) sino lo receptivos que estuvieron tanto el Gobierno como el fiscal general y los jueces y fiscales de la Audiencia a esas presiones. Por su parte, La Razón se apunta al carro pero lo curioso es que tras calificar los papeles de “chascarrillos, cotilleos y comentarios de barra de bar”, entre otras perlas, los usa para atacar al fiscal general del Estado Conde-Pumpido. ¡Toma coherencia!
