Es el caso del Consultorio de Miraflores de la Sierra, al norte de la región. Según detalla el sindicato, las facultativas denuncian que, desde el mes de febrero, sufren una sobrecarga laboral, en parte porque, “aunque son tres los médicos de familia que deberían atender ese centro, en la actualidad solo hay dos profesionales que pasan consulta”.
Este problema ha hecho que los cupos hayan ido aumentando progresivamente desde esa fecha. En este momento, según Gerencia de Atención Primaria, una de las doctoras atiende a 2.081 pacientes cuando el máximo es de 1.554. La otra compañera atiende aún a más pacientes. En concreto, 2.235, apunta en una nota CSIF.
Día a día, la cifra aumenta con el consiguiente retraso de las citas en más de tres semanas. “Todo esto, estando muy por encima del número de pacientes diarios que la Consejería de Sanidad dice que hay que atender: en cada jornada se ven más de 34 pacientes, tal y como señala la Comunidad de Madrid”.
Las facultativas tienen las agendas desbordadas y no tienen posibilidad de organizar seguimientos y revisiones. “En muchas ocasiones”, critica el sindicato, “se ven obligadas a citar en ‘huecos rojos’ a pacientes que han de revisar de forma obligatoria (bajas, revisión de patología aguda…)”.
Esto provoca que muchas de las otras funciones que tienen encomendadas las doctoras no se puedan llevar a cabo. Tareas como contestar a los mensajes de Inspección Sanitaria y a las propuestas de alta al día (“además, que para evaluar estos casos habitualmente hay que citar al paciente y no disponen de huecos”), revisar las órdenes clínicas, revisar y renovar la medicación de los pacientes a punto de caducar o asistir a las sesiones y reuniones de equipo.
“Muchos días, a las tres de la tarde, cuando ha acabado la jornada de las doctoras, no ha habido tiempo para atender a todos los pacientes y en numerosas ocasiones las trabajadoras prolongan su jornada laboral fuera del horario para terminar de atender las citas telefónicas o realizar visitas a domicilios”, denuncia.
Esta situación no afecta solamente las facultativas. Todos los trabajadores y trabajadoras del centro de Miraflores de la Sierra se ven afectados también. Así, “enfermería, al no haber atención médica por las tardes, han de valorar a los pacientes que llegan al consultorio y son ellas las que han de decidir los casos atendidos pueden esperar o no”.
“El desbordamiento que tienen las doctoras hace que se desvíen a Atención a Procesos Agudos de Demanda (APADE) pacientes que acuden al centro sin cita previa, sobrecargando al resto del equipo”, advierte.