Las protestas de este sábado en París han congregado a más de 20.000 personas que marcharon para denunciar el creciente racismo y el peligro de la extrema derecha en Francia. La convocatoria se ha extendido por diferentes ciudades del país y ha estado marcada por la reciente polémica en torno a una caricatura generada con inteligencia artificial que ha suscitado acusaciones de antisemitismo.
Una marcha multitudinaria
La afluencia a la capital gala ha sido notable, con pancartas y consignas que exigían el fin de los discursos de odio. Organizaciones como SOS Racismo resaltan que esta movilización está especialmente influida por el contexto político actual, donde figuras como Donald Trump “enseñan los dientes con descaro”, según palabras de su codirector, Valentin Stel.
“La marcha contra el racismo este año tiene un sabor especial, marcada por nuevos retos y la amenaza de una extrema derecha que crece a nivel global”
La polémica caricatura de Cyril Hanouna
La jornada no ha estado exenta de controversias. La caricatura del presentador televisivo Cyril Hanouna, atribuida a La Francia Insumisa (LFI), fue retirada de inmediato tras ser considerada antisemita y derivar en una condena de 3.500 euros por daños a la imagen del afectado. Pese a la polémica, LFI ha instado a convertir estas protestas en una manifestación “contra el Gobierno de (François) Bayrou, la extrema derecha y sus ideas”.
La manipulación de imágenes con inteligencia artificial pone de relieve la necesidad de un debate ético sobre el uso de esta tecnología en la política
Apoyo sindical y voces propalestinas
Entre los convocantes destacó la Confederación General del Trabajo (CGT), cuya líder, Sophie Binet, reclamó que las organizaciones antisemitas ocupen la primera línea de la marcha para visibilizar la necesidad de combatir estas conductas. Además, varios grupos propalestinos corearon consignas que acusaban a Israel de crímenes y al presidente francés, Emmanuel Macron, de complicidad. La diversidad de enfoques y reivindicaciones dentro de la manifestación puso de relieve el clima de tensión que atraviesa Francia, con un fuerte debate social y político sobre los límites de la libertad de expresión y la tolerancia cero hacia el racismo y el antisemitismo.