«Los ataques aéreos israelíes a distintas zonas del Líbano causaron 2.306 muertos y 10.698 heridos, que son las estadísticas preliminares de los bombardeos israelíes a zonas de (las provincias de) Líbano Sur, Bekaa, Beirut y sus suburbios», señala el comunicado.
Según datos preliminares del organismo, el pasado sábado los bombardeos se cobraron la vida de 51 personas y dejaron a otras 174 heridas.
Por su parte, la milicia chií libanesa Hizbulá anunció «haber atacado 34 objetivos del Ejército israelí y posiciones de sus soldados cerca de la frontera libanesa».
Israel y Hizbulá se encuentran en una guerra no declarada desde el pasado 8 de octubre, cuando el movimiento comenzó a lanzar misiles y drones suicidas desde el Líbano hacia las comunidades del norte de Israel como gesto de solidaridad con el movimiento palestino Hamás, tras su incursión armada en Israel, que a su vez respondió a cada ataque.
Las acciones bélicas, tanto de Israel como de Hizbulá, se han ido incrementando y a principios del mes de octubre el Ejército israelí confirmó la entrada terrestre en el país vecino en operaciones que llama «limitadas».
Esto no disipa los temores a un conflicto regional mayor, más aún tras el ataque iraní del 1 de octubre, en el que lanzó hacia Israel unos 180 misiles balísticos, la mayoría de los cuales fueron interceptados, pero algunos causaron daños materiales. Hubo un único muerto, un palestino.
Estados Unidos e Israel planifican acciones conjuntas militares en la zona, según informan medios estadounidenses.