Los problemas económicos, tras el adiós del PP de Génova: “Se debe un porrón de dinero”

“Una cosa es que se esté valorando la posibilidad de usar una sede más modesta y otra cosa es que se venda, entre otras cosas, porque se debe un porrón de dinero”. Así lo señaló anoche el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, en una entrevista en La noche en 24 horas. Según el barón popular, “lo que está claro es que se deben millones de euros, que están sin pagar”.

Dicho esto, mostró sus recelos a esta marcha. “Si cada vez que una empresa, una organización, un partido tiene problemas con algunas personas o dirigentes se tiene que ir del lugar donde está, igual no quedaba ninguna sede”.

Esta misma mañana José Luis Martínez-Almeida incidía en esta tesis. El alcalde de Madrid y portavoz nacional del PP, ha defendido en ‘El programa de Ana Rosa’ que se trata de una “decisión razonable en los tiempos que vivimos”. En su opinión, hay que transmitir un mensaje de “contundencia y de firmeza” para, entre otras cosas, tratar de que la ciudadanía recupere su confianza en la política.

“Decisión meditada”, ha reiterado, en la que “también influyen cuestiones logísticas o económicas”. Y es que, la situación del PP “no es la misma a la de hace unos años” debido a los resultados electorales. De ahí, ha defendido Almeida, “que tengamos que adoptar medidas de austeridad y de eficacia en el gasto”.

¿Liquidar la deuda con la venta de Génova?

Según el informe del PP, el endeudamiento a cierre de 2019 se situó en 38,2 millones de euros, un 50% más que el ejercicio anterior, sobre todo por el crecimiento de la deuda con entidades de crédito, que alcanzó los 37,8 millones. Una deuda que se podría liquidar con la venta de la sede nacional.

Según el portal inmobiliario Idealista, Casado y los suyos podrían lograr hasta 36 millones de euros con esta operación y entre 140.000 y 160.000 euros al mes si opta por alquilarla. No obstante, hay quien apunta que estas cifras serían superiores. Y es que, este asunto habría despertado el ‘apetito’ de los inversores.

Acceda a la versión completa del contenido