El Sindicato de Inquilinas de Madrid lanzará este domingo una nueva campaña de desobediencia civil organizada denominada ‘piquetes inquilinos’.
Una estrategia inspirada en la Casa Orsola
El movimiento toma como referencia la reciente compra de la Casa Orsola en Barcelona, un inmueble adquirido por el Ayuntamiento y la asociación Hàbitat3 para evitar su venta especulativa. En este caso, el objetivo en Madrid es multiplicar los focos de conflicto, promoviendo la huelga de alquiler como herramienta de presión para lograr cambios en el mercado inmobiliario.
Convocatoria y expansión del movimiento
Los ‘piquetes inquilinos’ estarán activos desde el domingo 2 de marzo en distintos distritos de Madrid y localidades cercanas como Leganés y Móstoles, comenzando a las 12:00 horas. Además, esta movilización se enmarca dentro de una protesta mayor: el próximo 5 de abril tendrá lugar la primera manifestación estatal por el derecho a la vivienda, impulsada por sindicatos de inquilinos y organizaciones sociales
«No hay punto neutro, toca elegir bando»
Desde el Sindicato de Inquilinas de Madrid denuncian que los alquileres han alcanzado niveles insostenibles y acusan a las políticas públicas de beneficiar al sector inmobiliario. Ante la falta de soluciones, afirman que la única alternativa es la desobediencia civil:
«Algunas queremos que la vivienda sea un derecho. Otros quieren que siga siendo un negocio a costa de nuestros sueños, de nuestra libertad, de nuestra salud mental y hasta de nuestra identidad. No hay término medio. No hay punto neutro. Toca elegir bando. Toca plantar cara»
La lucha por un cambio estructural
Los convocantes subrayan que la crisis habitacional no es un accidente, sino el resultado de décadas de políticas orientadas a favorecer la acumulación de riqueza en el mercado inmobiliario. Por ello, exigen medidas que garanticen el derecho a la vivienda y frenen la especulación, en un momento en el que muchas familias se enfrentan a dificultades extremas para pagar el alquiler.